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En el culo del guindo

OPINI脫N de Ilka Oliva Corado.- Somos una sociedad sin sentido que quiere tener la raz贸n en todo, a cualquier precio, eg贸latras y yoistas, incapaces de ver lo que sucede a un metro de distancia del radio de su nuestro espacio corporal y si lo vemos volteamos a ver hacia otro lugar inmediatamente, para que la realidad no nos escupa a la cara, si de eso se trata mejor la escupimos nosotros; cada d铆a m谩s indiferentes y desmemoriados: insulsos.

Inhumanos, defensores f茅rreos de la doble moral y la vileza mientras nos lleve a alcanzar nuestros objetivos personales. El otro es utilizado como escalera y trampol铆n, la cu帽a perenne, como un objeto, jam谩s es visto como un semejante al que vamos a ver de frente a los ojos o mucho menos a quien vamos a ayudar en caso que lo necesite. Importa solo lo que pensamos nosotros reduciendo el universo a una m铆sera burbuja personal.

La crueldad se volvi贸 el com煤n denominador, las canalladas son lo habitual en cualquier espacio porque la justicia, la dignidad, la certeza, la decencia y la integridad fueron enterradas porque solo estorban en el d铆a a d铆a de la mezquindad humana. La misi贸n de vida es acaparar lo que m谩s se pueda, dejando a quien sea en el camino. La utilizaci贸n de la tragedia del otro para beneficio propio.

La exposici贸n de la necesidad del otro para beneficio personal. Y las redes sociales son la plataforma perfecta donde se hace visible y patente nuestra mediocridad humana. La sobre exposici贸n, la necesidad constante de demostrar y que los otros sepan que tenemos, porque eso nos dice el sistema, que somos lo que tenemos en dinero y materialmente. Que somos algo gracias a los diplomas, a los viajes, a las conferencias donde participamos, a los amigos y contactos que tenemos: importantes. Importantes porque tienen puestos de relevancia en el gobierno, en la academia, en el mundo art铆stico y cultural, en el 谩rea donde nos desenvolvemos. Mi amigo el doctor, mi amiga arquitecta, mi amiga embajadora, mi amigo periodista, mi amigo cineasta. Pero nadie hace alarde de su amigo recogedor de basura, su amigo carpintero, su amiga empleada dom茅stica, su amiga maquiladora. Porque esas personas no existen para la sociedad que conformamos, no como seres humanos, s铆 como objetos que utilizamos. Entonces va la foto con el recogedor de basura, la foto con la maquiladora, la foto con el alba帽il, con el campesino, desde nuestra posici贸n de superioridad y la exponemos en la red social, para que vengan los aplausos y los aleluyas y las glorias a dios en el cielo por nuestra existencia y grandeza humana (de mierda).

Va la foto de la cama donde dormimos, la cocina, nuestro desayuno, claro si est谩n en condiciones para fanfarronear, porque lo que queremos es que los otros tengan envidia de nuestra casa con piscina, de nuestro gran almuerzo de domingo, de los sillones de la sala, de los viajes que nos damos. De los lujos con los que vivimos para que vean que pela gatos no somos y adem谩s buena gente porque nos tomamos fotos con el ni帽o que vende dulces en el sem谩foro de la esquina.

Para mientras, los otros, los que est谩n en necesidad que se pudran, porque tenemos la capacidad y los escr煤pulos de caminar sobre ellos si es necesario. Total, que somos una sociedad de apariencias, viviendo de apariencias, anhelando que jam谩s se rompa la burbuja de comodidad donde vivimos y nos toque caer en el culo del guindo. Sin saber que la bo帽iga siempre hemos sido nosotros y no servimos ni de abono para las plantas.


Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado
21 de enero de 2020.



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