OPINI脫N de Pascual Serrano
El Estado es la garant铆a del d茅bil y su ausencia la licencia del poderoso para aplastarnos
Pascual Serrano. Mundo Obrero
Llevamos mucho tiempo cultivando un patr贸n ideol贸gico que desprecia y reniega del Estado. Se trata de una pinza entre el sector neoliberal, que lo considera ineficaz y despilfarrador, y un sector 谩crata, que lo percibe como sin贸nimo de represi贸n, liberticida y manipulador, sin duda algunas obras de Orwell ha sido su gran inspiraci贸n.
Llevamos mucho tiempo cultivando un patr贸n ideol贸gico que desprecia y reniega del Estado. Se trata de una pinza entre el sector neoliberal, que lo considera ineficaz y despilfarrador, y un sector 谩crata, que lo percibe como sin贸nimo de represi贸n, liberticida y manipulador, sin duda algunas obras de Orwell ha sido su gran inspiraci贸n.
Es curioso que, mientras pedimos al Estado que nos garantice derechos sociales como una vivienda, educaci贸n o salud, seguimos desconfiando de 茅l para tantas cosas. La pandemia est谩 descubriendo a una gran parte de la sociedad, mucha de ella que se considera de izquierda, preocupada por la limitaci贸n de libertades impuesta por el Estado por motivos sanitarios o por el control del Estado mediante la aplicaci贸n que detecta si nos exponemos a infectados por Covid.
No deber铆a ser necesario recordar que, en una democracia, el Estado son las estructuras e instituciones creadas por la comunidad para gestionar nuestra convivencia. Todas ellas sometidas al control y vigilancia ciudadana, y a su renovaci贸n o cambio seg煤n los criterios de las mayor铆as. Si no fuese as铆, entonces no estar铆amos en democracia y la discusi贸n ser铆a otra diferente.
D茅cadas de golpeteo mental contra el valor y la necesidad de un Estado democr谩tico fuerte, han provocado que aceptemos alegremente m谩s injerencias de una aplicaci贸n m贸vil de Mark Zuckerberg (WhatsApp y Facebook) que de la aplicaci贸n estatal para el rastreo del Covid. Que aceptemos guardias jurados en el supermercado pero nos moleste la polic铆a vigilando un sem谩foro. Que nos indigne la pereza de un conserje de instituto tom谩ndose un caf茅 en horario laboral, pero no la pensi贸n millonaria de un banquero con el dinero de nuestro rescate. Que nos parezca un sueldazo excesivo los ochenta y cuatro mil euros anuales de un presidente y aceptemos los 8,3 millones al mes de un futbolista. La propia izquierda ve con recelo el gasto en una televisi贸n o una radio p煤blica porque cree que ser谩 una v铆a de propaganda gubernamental mientras acepta el trasvase millonario de dinero p煤blico a los medios privados.
Es necesario recordar que donde no hay Estado lo que hay es mercado y jungla. Que el Estado es la garant铆a del d茅bil y su ausencia la licencia del poderoso para aplastarnos. El Estado es el que, con un sem谩foro, impide que no te atropellen al cruzar una calle; el Estado es el que garantiza que una constructora no edifique en el parque de enfrente de tu casa; el Estado es el que garantiza que la comida de tu restaurante est茅 en buenas condiciones; al Estado es al que recurres si tu vecino molesta a las cuatro de la ma帽ana. Y si estas cosas no te las garantiza adecuadamente el Estado es que debemos mejorar o reformar ese Estado y garantizarles los recursos necesarios, pero no desmontarlo.
Una pandemia nos est谩 recordando que solo un Estado fuerte puede elaborar normas destinadas a garantizar la salud y crear las estructuras necesarias para que se cumplan. Durante mucho tiempo nos han presentado el debate entre libertad y seguridad, ahora tenemos el debate entre libertad y salud. Desde los partidarios de Trump hasta los sectores antiEstado est谩n denunciando que para ellos es prioritaria la libertad a la salud. No deber铆a ser necesario recordar que la mayor p茅rdida de libertad se produce cuando te mueres. Y que, adem谩s, la libertad en el capitalismo solo la poseen los que tienen recursos para cubrir sus necesidades. Luchar y reivindicar derechos y justicia es una cosa loable, violar las normas de salud y convivencia en una pandemia o impedir que el Estado las aplique no es rebeld铆a. Es ser un miserable.
No s茅 si hay que elegir entre China o Espa帽a, no deber铆a ser as铆, pero es bueno recordar que en China (con 1.400 millones de habitantes) hoy contabilizan 4.711 muertos por Covid, un total de 90.000 contagiados y 43 en las 煤ltimas 24 horas, y llevan un mes vacunando a sus ciudadanos. Y que Espa帽a (con 47 millones) contabilizamos 28.924 muertos, 400.000 contagiados y 2.500 en 煤ltimas 24 horas, y no hemos conseguido todav铆a coordinar a las comunidades aut贸nomas para que pongan en marcha la aplicaci贸n para rastreo. Nuestros cementerios y nuestras UVIs seguro estar谩n llenas de personas que echan de menos un Estado fuerte y de familiares que hubieran concedido parte de su libertad por tenerlo.