OPINI脫N de Amy Goodman
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vet贸 el proyecto de Ley de Autorizaci贸n de Defensa Nacional, que establece el presupuesto anual del Pent谩gono, y gener贸 un gran malestar en el Congreso. El enorme presupuesto de Defensa implica una monstruosidad de 740 mil millones de d贸lares y 4.500 p谩ginas, que desv铆a grandes cantidades de los escasos recursos p煤blicos para lo que el expresidente republicano Dwight Eisenhower denomin贸 “el complejo industrial-militar”. Las razones de Trump para vetar el proyecto incluyen la negativa del Congreso a revocar una ley com煤nmente conocida como Secci贸n 230, considerada clave para proteger la libertad de expresi贸n en Internet por organizaciones como la Fundaci贸n Frontera Electr贸nica y Free Press. Trump tambi茅n se opone a cambiarle el nombre a las bases militares bautizadas en honor a generales confederados que lucharon por el sur durante la guerra civil estadounidense. Sin embargo, la anulaci贸n por parte del Congreso del veto petulante y racista de Trump, solo le est谩 dando la victoria a quienes defienden y promueven la guerra.
La puja pol铆tica por el presupuesto de Defensa ocurre en medio de una nueva ola de COVID-19 en el pa铆s y mientras los hospitales consideran racionar el ox铆geno, el n煤mero de muertes diarias por coronavirus bate r茅cords mundiales y la promesa de Trump de una vacunaci贸n r谩pida y masiva no ha cumplido con las expectativas. El mismo Trump agrav贸 el dolor de la naci贸n al negarse temporalmente a firmar, la semana pasada, el proyecto de ley para un paquete de ayuda econ贸mica por el coronavirus, una ley cuya aprobaci贸n ha sido penosamente retrasada. Trump hizo entusiasmar a los representantes dem贸cratas al denunciar el miserable cheque de ayuda de 600 d贸lares que el proyecto de ley especificaba para los estadounidenses de clase trabajadora y exigir en su lugar un cheque de ayuda de 2.000 d贸lares. Sus amenazas, hechas mientras jugaba golf en Florida, resultaron vanas, ya que finalmente firm贸 el proyecto de ley sin ning煤n cambio. Su payasada provoc贸 la interrupci贸n de los programas estatales de beneficios por desempleo, lo que gener贸 retrasos en los pagos a millones de personas necesitadas.
Mientras miles de estadounidenses mueren diariamente por COVID-19, Trump contin煤a su cruzada para anular las elecciones y recauda cientos de millones de d贸lares para seguir llevando a los tribunales sus denuncias infundadas de fraude electoral. Es probable que gran parte de ese dinero acabe en su bolsillo. Trump est谩 convocando a sus partidarios a congregarse en la ciudad de Washington D. C. para que se manifiesten en contra de la confirmaci贸n por parte del Congreso de los resultados del Colegio Electoral. El presidente public贸 en Twitter: “Es estad铆sticamente imposible haber perdido las elecciones de 2020. Convocamos a una gran manifestaci贸n en Washington D. C. el 6 de enero. S煤mate a ella, ¡ser谩 colosal!”. El 煤ltimo mitin “colosal” de Trump en Washington D. C. tuvo lugar el 12 de diciembre y se organiz贸 para manifestar contra la emisi贸n del voto de los delegados estatales en el Colegio Electoral. La manifestaci贸n incluy贸 disturbios y ataques contra manifestantes defensores de la democracia por parte de cientos de neofascistas, supremacistas blancos y miembros de la agrupaci贸n Proud Boys. Al menos cuatro de los contramanifestantes sufrieron heridas de arma blanca. Los Proud Boys, el mismo grupo al que Trump le dijo “retrocedan y est茅n a la espera” en septiembre pasado, adoptaron el hist贸rico hotel Harrington y su bar como su sede no oficial en Washington D. C. El hotel anunci贸 que permanecer谩 cerrado del 4 al 6 de enero, “por la seguridad de hu茅spedes y empleados”.
Trump manifest贸 que su veto al presupuesto del Departamento de Defensa tambi茅n se debi贸 al requisito del proyecto de ley de cambiar el nombre de las bases militares que actualmente se denominan en honor a generales del ej茅rcito confederado. Hay al menos diez bases militares en Estados Unidos, todas en antiguos estados confederados, que llevan el nombre de hombres que se alzaron en armas contra Estados Unidos y que llevaron a sus tropas a una guerra que provoc贸 la muerte de aproximadamente 750.000 soldados en ambos bandos, la cifra m谩s alta de bajas que sufri贸 Estados Unidos en toda su historia (superando la cifra total de muertos de todas las guerras en las que particip贸). La Ley de Autorizaci贸n de Defensa Nacional estipula el cambio de nombre de estas bases, entre las que se incluyen la base Fort Hood en el estado de Texas, la base Fort Bragg en el estado de Carolina del Norte, y las bases Forts Pickett y Lee en el estado de Virginia. Esas bases recibieron sus nombres entre 1917 y 1942, una 茅poca en la que las leyes segregacionistas de la 茅poca de Jim Crow, los linchamientos y el terror racial dominaban las vidas de los afroestadounidenses en esos estados del sur.
Trump quiere controlar la prensa y restringir la libertad de expresi贸n. Para lograrlo, la revocaci贸n de la Secci贸n 230 es fundamental y es otra de sus razones para vetar el presupuesto de Defensa. Dicha revocaci贸n le permitir铆a entablar demandas y presionar a las plataformas de Internet y, al mismo tiempo, continuar us谩ndolas para su incesante campa帽a de mentiras y agresiones.
Por 煤ltimo, el presupuesto de 740 mil millones de d贸lares para Defensa es un gran desperdicio de nuestros recursos p煤blicos. Los miembros progresistas del Congreso presentan anualmente un presupuesto alternativo, que antepone las necesidades humanas a la codicia corporativa. El congresista del Partido Dem贸crata por el estado de California Ro Khanna dijo en una entrevista con Democracy Now!: “Las prioridades est谩n equivocadas, por lo que no voy a votar para anular el veto. Gastar 740 mil millones de d贸lares en Defensa es demasiado. Estamos gastando dinero en aeronaves, estamos gastando dinero en la modernizaci贸n de las armas nucleares, ¿y no podemos encontrar dinero para darles comida a las personas que la necesitan? ¿No podemos encontrar dinero para brindar m谩s ayuda a las personas que alquilan y que podr铆an enfrentar demandas de desalojo? ¿No podemos encontrar dinero para poner 2.000 d贸lares en los bolsillos de los estadounidenses?”.
Debemos presupuestar nuestras prioridades y limitar el gasto militar a la cantidad que se necesita para promover la paz y la justicia. Las armas y la guerra no nos sacar谩n de esta pandemia, la batalla m谩s importante y 茅pica de nuestro tiempo.
© 2020 Amy Goodman