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El clima que temíamos ya está aquí

Por Nanqui Soto

No por esperado deja de sorprender lo que estamos viviendo. La frecuencia y virulencia de los extremos climáticos, la recurrente (casi normalización) de las salidas de rango de patrones de temperatura y lluvias en varias regiones del planeta, está afectando al corazón de occidente y a China, a los principales países responsables de haber producido el cambio climático en el que estamos inmersos.

La lista intermibale del desastre

Desde comienzos del verano no han dejado de llegarnos noticias e imágenes impactantes sobre un inédito y devastador tornado en la República Checa; lo inusual del fenómeno de altísimas temperaturas en Canadá y en ciudades de Rusia al norte del Círculo Polar Ártico; en el Reino Unido se ha activado por primera vez en su historia la primera alerta por calor extremo, con temperaturas desconocidas de 33 ºC; inundaciones muy destructivas en China, Alemania, Bélgica, Austria o Turquía; la taiga de Siberia ardiendo en fuegos alimentados por otro verano de temperaturas excepcionalmente altas; o las altas temperaturas de las pasadas semanas en la península ibérica, condiciones que han hecho más difíciles las tareas de extinción de varios incendios forestales. En EE.UU., uno de 80 incendios activos durante esta misma semana, que se inició a comienzos del mes de julio y que ya ha calcinado más de 160.000 hectáreas en el estado de Oregón, tiene la capacidad de cambiar las condiciones meteorológicas en los que se desarrolla, la principal característica de los temidos incendios de sexta generación.


En todo el planeta, estos sucesos están devastado bosques, cultivos, pueblos, ciudades y regiones de las naciones más ricas del mundo, cuya prosperidad, – señalaba con acierto días atrás The New York Timesha sido posible gracias a más de un siglo de quema de carbón, petróleo y gas, actividades que llevaron gases de efecto invernadero a la atmósfera y que están calentando el planeta.

No estamos preparados

Estas últimas semanas, y las que quedan por venir, nos devuelven cual espejo una realidad largamente vaticinada por los expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático. No estamos preparados para vivir bajo un clima extremo. Nuestra geografía, nuestros ecosistemas y nuestras ciudades son impactadas de manera diferente ante los nuevos parámetros climáticos. No estamos preparados para el nuevo clima y, vista la lentitud de las reformas y las últimas decisiones políticas en la UE, tampoco la clase política está preparada para frenar el cambio climático. 

Estas catástrofes están afectando a los derechos de las personas, empezando por el derecho a la vida, pero amenazan gravemente las viviendas, la asistencia sanitaria, la alimentación o el medio de vida de la gente. Cualquier fallo a la hora de proteger a las personas de los efectos de la emergencia climática es un fallo en la protección de los derechos humanos. Esta es una de las razones por las que se necesita una acción climática urgente: proteger a las personas de este tipo de fenómenos extremos, que amenazan el derecho a la vida, a la salud y a una vida digna.

De manera especial, hemos visto que la crisis climática está golpeando a Europa con toda su fuerza. Nadie puede considerarse a salvo. Los actuales acontecimientos catastróficos deben ser la última y definitiva llamada de atención para los responsables políticos del viejo continente. Es hora de tomar medidas inmediatas y verdaderamente ambiciosas para proteger a las personas, el clima y la naturaleza.

Vooluntariado de Greenpeace, en las tareas de emergencia tras las inundaciones en Euskirchen, Alemania.

Solidaridad

Desde Greenpeace no podemos más que solidarizarnos con las víctimas, con las personas fallecidas y sus familiares afectados por olas de calor, inundaciones, tornados o incendios forestales, y con los miles de personas que han perdido sus hogares y su medio de vida. Es urgente prestar ayuda inmediata y dar seguridad a la población más vulnerable.

En Bruselas y en toda Europa, los políticos siguen anclados en la retórica, rehuyendo tomar medidas urgentes para minimizar el daño en próximas décadas. El recientemente publicado paquete “Fit for 55” de la Comisión Europea es un paso, sí, pero un paso muy tímido a la hora de abordar esta crisis climática y de biodiversidad.

Mientras la humanidad se enfrenta a inundaciones mortales, olas de calor extremo, devastadores incendios forestales, etc., la comunidad internacional se prepara para escuchar de nuevo las últimas evidencias científicas: los gobiernos del mundo y la comunidad científica se reunirán de manera virtual desde el 26 de julio hasta el 6 de agosto para aprobar y lanzar el informe del Grupo de Trabajo 1 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC). 

Décadas de retraso

Con motivo de esta cita, la directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan, ha recordado que “si hubiéramos actuado según las primeras advertencias del IPCC hace más de treinta años, hoy no estaríamos así. Los gobiernos y la industria han desperdiciado décadas preciosas con promesas vacías, ‘greenwashing’ e inacción. Las promesas de cero emisiones que dependen en exceso de las compensaciones son una vieja idea fracasada que no tiene cabida en una emergencia planetaria y es la última artimaña de los que obstaculizan la lucha contra el cambio climático”.

Es hora de tomar decisiones políticas valientes, a la altura del reto climático que enfrentamos. Hay que escuchar de una vez las serias advertencias científicas: las emisiones de gases de efecto invernadero han de reducirse a cero lo antes posible. No hay otro camino. Y evidentemente choca con los poderosos intereses económicos de las empresas de combustibles fósiles. Lo saben y lo sabemos. Pero evitar que el clima del futuro sea mucho más dañino y destructivo de lo que ya estamos viendo, depende de la voluntad política de poner freno al poder fósil.

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Licenciado en Biología por la Universidad Complutense de Madrid, Post-grado en Ordenación del Territorio por la Universidad Politécnica de Valencia y Diplomado en Educación Ambiental por la UNED. Responsable de las campañas de Bosques y Empresas y DDHH en Greenpeace España. Twitter: @NanquiSoto




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