OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave
CUARTA PARTE
“Estoy ahí y veo y escucho para creer. Sí, esto está pasando, justamente está sucediendo luego de catorce años de haber comenzado mis investigaciones, sobre mi verdugo, el hombre que en 2010 ordenó mi muerte junto con otros policías para silenciarme, finalmente caía el peso de la justicia”.
Este párrafo, de acuerdo con mi personal criterio, es el superior de la mejor narrativa que he leído o escuchado sobre la escena en la Corte de Brooklyn, Nueva York, del momento culminante, en que se leyó el veredicto de CULPABLE de Genaro García Luna, que cinco veces pronunció el juez Brian Cogan, puesto que en los cinco delitos por los que fue juzgado el más poderoso de los policías en la historia de nuestro sufrido país, fue hallado culpable.
Desde luego que me refiero a la muy querida amiga y consagrada, admirada colega, Anabel Hernández García, quien en los momentos del omnímodo poder que le otorgaron en charola de plata los presidentes de la “docena Trágica del panismo”, Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa a su policía corrupto y ahora criminal, con una valentía que rayaba en la temeridad lo denunció, lo expuso y lo exhibió en incontables veces en los medios de comunicación donde laboraba, y muy precisa, en sus muy leídos y consagrados libros -todos me los he “chutado”-, porqué nadie como Anabel, sin quitar méritos a otros camaradas, fue la primera en denunciar a profundidad a los cárteles de la droga que con el apoyo de gobiernos corruptos los hicieron convertirse en una fuerza ilegal fuego.
Fracasan Calderón, Fox y el panismo, al tratar de deslindarse de García Luna ahora que ha sido declarado culpable, Anabel Hernández, autora de la columna “Contracorriente” para DW, la alemana Deutsche Welle, los exhibe, los desnuda en la que tituló: “Veredicto contra García Luna, epílogo de mi búsqueda por la verdad”. Esta es una cuarta parte de la serie, aunque no la anuncie y pueden seguir otras.
Después de haber sido suspendida la audiencia por diferentes razones, Anabel nos describe: “Vuelve de nuevo el silencio y el juez se sienta de nuevo en su silla en el estrado por encima del ras del suelo, más alto que todos nosotros. Siento que el latido en mi pecho es tan fuerte, que se podría escuchar hasta el Empire State en Manhattan.
García Luna se queda de pie. Con el rostro aún más rojo, las cejas hacia arriba que arrugan su frente en signo de preocupación, y se entrecruza las manos adelante, las deja colgando a la altura de la pelvis como quien se ha portado mal y sabe que ha llegado el momento de rendir cuentas.
A los pocos instantes, de nuevo regresa a la sala el secretario anunciando el veredicto. Entran de nuevo los miembros del jurado. El exsecretario de seguridad pública está cabizbajo, el peso de la justicia está por caer con aplomo sobre sus hombros.
“Jurado número uno, ¿tienen un veredicto unánime?” pregunta Cogan, ceremonioso.
“Sí, su señoría”, responde la mujer de color que viste blazer azul.
Poco a poco, cargo por cargo, línea por línea Cogan va leyendo el veredicto en el orden que estaba en la foja: ‘Cargo dos, culpable; cargo tres, culpable; cargo cuatro, culpable; cargo uno, culpable; cargo cinco, culpable’. La voz del juez sonaba como martillo sobre un clavo, reduciendo a García Luna a su verdadera dimensión. Con los pies clavados al piso, el otrora hombre que se creía invencible sabe que lo que le espera es un futuro muy similar al de su socio en el narco, Joaquín Guzmán Loera "El Chapo”, uno de los principales líderes del Cartel de Sinaloa, quien, en esta misma corte, fue declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua.
Lloro, calladamente, queriéndome aguantar. Salgo con mi libreta y mi pluma en la mano, las dos poderosas armas con las que enfrenté a García Luna, con dignidad y honestidad. Y con las que seguiré encarando a aquellos que formen parte del sistema criminal.
Por cierto, otro colega, Rafael Barajas “el Fisgón”, ahora escribió un rap-rápido, difundido en Radio Fórmula, retomo dos párrafos:
“Este es el narco corrido de García Luna-Calderón, dos panistas conocidos que jugaron a traición. El Genaro García Luna con el Fox fue policía, hizo carrera oportuna porque al narco se vendía. El Felipe Calderón quiso ser el presidente para amarrar su gestión se asoció con delincuentes.
En México a su señoría los jueces le dan el dinero, falta el juicio de la historia, esto aún no ha terminado. Falta enjuiciar al partido que encumbró a esos desgraciados. En estos días de tensión el panismo se define: unos marchan a prisión, otros marchan por el INE. Y al hablar de delincuencia y panismo, es necesario mencionar la indecencia del cártel inmobiliario”.
¿De qué les sirvió a los marchistas de la alianza opositora, bajar las mantas, que se encontraron a su paso, que les pusieron en sus narices, en su defensa al multimillonario Instituto Nacional Electoral, INE, mismas que rezaba sobre el logotipo del PAN y la efigie del policía corrupto, declarado culpable “A García Luna no se toca”, en referencia a su slogan: “El INE no se toca?”.
Como dijeron múltiples reporteros y conductores de noticiarios en la radio y la televisión: “Los únicos que hicieron su agosto en la marcha de la derecha opositora, fueron los restaurantes de lujo, los mas caros del Centro Histórico, en los cuales desayunaron, almorzaron, comieron y hasta cenaron, obvio, los que pueden pagar sus caros menús y bebidas”.
ANABEL HERNÁNDEZ DENUNCIÓ A GARCÍA LUNA. FOX Y CALDERÓN LA IGNORARON, SÓLO LOS CÍNICOS PUEDEN NEGAR ESTA VERDAD.
Por primera vez lo hago, inserto la columna de Anabel, para que, si tienen oportunidad, la lean completa. No tiene desperdicio:
