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La figura del mundo, Juan Villoro

El fil贸sofo y el cronista

Por Pedro Plaza Salvati

Existen libros que, sin saberlo el autor, se construyen a trav茅s del tiempo. Incluso se publican partes de ese libro en formaci贸n inconsciente. Llega un momento en que, al ver hacia atr谩s, el escritor decide darles forma a los materiales ya salidos a la luz p煤blica y los a帽adidos in茅ditos, as铆 como la reescritura de rigor, en una obra cohesionada y atractiva al lector. En casos excepcionales, como La figura del mundo de Juan Villoro (Random House, 2023), no dejan rastros de esa fragmentaci贸n previa.




La figura del mundo consta de un pr贸logo y un ep铆logo del propio autor y, en el cuerpo principal, nueve cap铆tulos que trazan un mito de origen: el escritor que escribe para comunicarse con el padre. Esos cap铆tulos han aparecido en publicaciones anteriores que mantienen los t铆tulos originales o variados ligeramente: “Mi padre, el cartagin茅s” (Orsai, 2010), “Los pasos del son谩mbulo” (La maleta de Port Bou, noviembre-diciembre, 2013), “La taquer铆a revolucionaria” (La Jornada, 2013) y as铆 hasta llegar a “La culminaci贸n de una experiencia: los 煤ltimos a帽os de Luis Villoro” (Nueva 茅poca, abril-septiembre, 2022).
"Es conmovedor cuando dice que su abuela paterna sol铆a escribir un diario y al cabo de cierto tiempo tomaba la estrafalaria decisi贸n de mandarlo a encuadernar y lo rifaba entre los nietos"

Decir que Juan Villoro es s贸lo cronista, en alusi贸n al t铆tulo de esta rese帽a, ser铆a no hacer justicia a un prol铆fico autor de algunas de las m谩s notables cr贸nicas escritas en Am茅rica Latina —territorio, el de la cr贸nica, en el que Latinoam茅rica, seg煤n Pere Ort铆n, cuenta con una fortaleza particular—. Villoro es adem谩s autor de novelas, cuentos, ensayos, obras de teatro y articulista, este 煤ltimo oficio lo compara con un colibr铆 por su naturaleza ef铆mera.

Villoro despliega su usual maestr铆a en una obra que hibrida la cr贸nica y el ensayo. Sabemos que, por lo general, este autor se afana en la integraci贸n de g茅neros, algunos representados en animales como el ornitorrinco para la propia cr贸nica, o el ajolote, motivo de la portada de su singular novela Materia dispuesta (Almad铆a, 2023), presentada el pasado 1 de junio junto con La figura del mundo en conversaci贸n con Jorge Carri贸n en Casa Seat. Por su parte, Materia dispuesta, publicada originalmente en M茅xico en 1997, es una novela de aprendizaje “donde las personalidades del padre y el hijo son comparadas con los dos lados de una toalla, el 谩spero y el terso”, nos dice el autor en el pr贸logo. Es as铆 como ambos libros publicados este a帽o, desde la ficci贸n uno y desde la no ficci贸n el otro, remiten al padre.

La figura del mundo es a la vez un libro sobre los abuelos y sobre la madre —a la que dedica el libro y es eje central del ep铆logo, que se convierte en un perfil aunque a contraluz del padre—. Es conmovedor cuando dice que su abuela paterna sol铆a escribir un diario y al cabo de cierto tiempo tomaba la estrafalaria decisi贸n de mandarlo a encuadernar y lo rifaba entre los nietos. En ese diario la madre de Villoro se enterar铆a de que la abuela hab铆a escrito que “lamentaba que mis padres se hubieran separado y atribu铆a a eso mi excesiva timidez y la tristeza que me dominaba”. Y agrega: “Hasta los trece a帽os estuve deprimido”.

"Supongo que no es f谩cil ser hijo de un intelectual tan conocido y respetado en M茅xico que, seg煤n descubrimos, ten铆a un car谩cter 谩spero y dif铆cil"

Esta 煤ltima afirmaci贸n contrasta con la voz cron铆stica usual en Villoro y su manera de relacionar las cosas, siempre risue帽a, con hilaridad a veces indetenible. Como cuando cont贸 en Casa Seat la historia sobre una visita de su padre al m茅dico en la que, tras manipularlo con disertaciones de l贸gica, convence al m茅dico de que lea algunos libros de budismo. As铆 que uno a duras penas se hubiera imaginado a Juan Villoro como una persona triste. Entend铆 que “nadie est谩 contento por decreto y que hay que esforzarse para ser feliz… El car谩cter que me determina desde ese entonces procura negar la tristeza que no super茅 de ni帽o”.

Supongo que no es f谩cil ser hijo de un intelectual tan conocido y respetado en M茅xico que, seg煤n descubrimos, ten铆a un car谩cter 谩spero y dif铆cil. Cuando el ni帽o le preguntaba al padre qu茅 ense帽aba en la universidad, este le respond铆a: “Estudio el sentido de la vida”. Y en vez de contarle historias normales para ni帽os, el padre le contaba historias de los griegos: Circe abandonada por Teseo en la isla Naxos o Ulises en el Hades, lo que denota su complejidad mental. Esa persona tan poco afectiva, como nos cuenta el hijo-narrador, parad贸jicamente da un vuelco los 煤ltimos a帽os de su vida en un sentido opuesto: detr谩s del muro que era el padre hab铆a un jard铆n. Tanto as铆 que el narrador afirma que los 煤ltimos diez a帽os fue la mejor d茅cada de la vida de Luis Villoro.

"A lo largo del texto hay cuantiosas citas de fil贸sofos, intelectuales y escritores aplicadas a los aspectos m谩s cotidianos de la vida de su padre o de la relaci贸n del cronista con 茅l"

Y debe haber sido emocionante para el hijo presentar un libro sobre su padre en Barcelona, la ciudad donde este 煤ltimo naci贸 en 1922. Luis Villoro fue hijo de un m茅dico espa帽ol que trabaj贸 en el Hospital Sant Pau y de madre mexicana. Espa帽a, merece la pena destacar, tiene una presencia preponderante en distintos cap铆tulos, pero sobre todo en “F谩bula de las naranjas: las dos Espa帽as”. En la sede de Casa del Libro del Paseo de Gracia, curiosamente y a prop贸sito de este punto, se puede encontrar en la mesa de novedades de “Historia de Espa帽a”. Villoro hace un trazado hacia los abuelos y el propio padre que, en los albores de la Guerra Civil espa帽ola, lo enviaron a un colegio en Bruselas. Y de all铆, a M茅xico.

Luis Villoro, sinti茅ndose extranjero en el pa铆s de acogida, trat贸 de ser m谩s mexicanista que los propios mexicanos como una manera de neutralizar su desarraigo. Un fil贸sofo prol铆fico como escritor, indigenista, activista durante la Masacre de Tlatelolco y, posteriormente, con una marcada devoci贸n por el zapatismo, Chiapas y amigo entra帽able del Comandante Marcos: “A mi padre M茅xico le pareci贸 tan oprobioso que solo pudo soportarlo volvi茅ndose nacionalista”. Y agrega: “Mi padre pertenec铆a a una corriente intelectual que combin贸 su茅teres de cuello de tortuga del existencialismo europeo con las artesan铆as de barro de la antropolog铆a nacionalista”.

A lo largo del texto hay cuantiosas citas de fil贸sofos, intelectuales y escritores aplicadas a los aspectos m谩s cotidianos de la vida de su padre o de la relaci贸n del cronista con 茅l. Y, al hacerlo, la cr贸nica y el ensayo oscilan en preponderancia a lo largo del cuerpo del libro, a veces m谩s ensayo, a veces m谩s cr贸nica, en esta especie de autobiograf铆a a trav茅s del padre. El tono de la narraci贸n es c谩ndido, pero no inocente; erudito pero a la vez ligero, sincero y con humor, con escenas de ternura dentro de la sequedad de un padre y una madre ausentes de su vida de manera distinta cada uno, cuyas carencias supl铆an en parte las empleadas dom茅sticas, Cata y Consuelo, las 煤nicas que sonre铆an en su casa.

"No todo, sin embargo, fue amargo entre Luis y Juan. El motivo de uni贸n refulg铆a cuando el padre lo llevaba al f煤tbol, algo que se enfatiz贸 cuando se separ贸 de la madre"

¿C贸mo era su padre en la vida cotidiana? De la lectura se desprende que le irritaban las cosas peque帽as; era rom谩ntico e ingenuo pero de indiscutible autoridad moral; tremendamente mujeriego; con muchas man铆as; con un escrupuloso af谩n de modestia; incapaz de aceptar la paradoja de que para promover el socialismo se necesitaba una mentalidad capitalista; derrochaba dinero en causas perdidas; no besaba a los hijos; detestaba la playa; padec铆a de diabetes y continuas gripes; no acud铆a a los m茅dicos, y ten铆a una constituci贸n f铆sica excepcional que lo llev贸 hasta sus 91 a帽os, cuando muere.

Villoro nos habla del reducido c铆rculo de amigos del padre y, en especial, un nombre que aparece repetidamente en casi todos los cap铆tulos: Alejandro Rossi, fil贸sofo y escritor que, en una manera muy clara, era lo opuesto a su padre. Rossi era todo emocional mientras que su padre era todo intelecto. Y es que Rossi se convirti贸 en una figura muy importante, 铆ntima, cercana, un faro: “Alejandro me ense帽贸 a expresar afecto, algo que no pertenec铆a al repertorio paterno”. Rossi es el autor del notable libro Manual del distra铆do, cuyo t铆tulo, dice Villoro, podr铆a definir a su padre. Rossi naci贸 en Florencia, de padre italiano y madre venezolana, pas贸 su infancia en Caracas. Como afirma Adolfo Casta帽贸n, se vanagloriaba de ser descendiente del lado materno del general Jos茅 Antonio P谩ez, el feroz lancero de la guerra de independencia de Venezuela que luego se opuso a Bol铆var. Rossi representa una figura paterna alterna, compensatoria de las supuestas deficiencias del padre biol贸gico.

"De los estadios de f煤tbol a la ceremonia donde esparcieron la mitad de sus cenizas en territorio zapatista, los 煤ltimos cap铆tulos de La figura del mundo son los m谩s emotivos, y en ellos se agitan las emociones del lector"

No todo, sin embargo, fue amargo entre Luis y Juan. El motivo de uni贸n refulg铆a cuando el padre lo llevaba al f煤tbol, algo que se enfatiz贸 cuando se separ贸 de la madre: “No es f谩cil encontrar diversiones para los hijos de los divorciados”. Y adem谩s, como el padre hab铆a perdido su Barcelona natal, este le hablaba del Bar莽a con el pretexto de hablarle del Mediterr谩neo, del cementerio de Montj眉ic y de su lugar preferido de la ciudad: el Parque de la Ciudadela. Al morir el padre, Juan Villoro es quien se encarga de organizar todo lo relacionado al funeral. Nos relata que mantuvo una actitud estoica, que a 茅l mismo lo sorprendi贸, hasta que recibi贸 una nota de p茅same del Bar莽a y estall贸 en llantos. El f煤tbol era el punto de enlace afectivo con su padre.

Villoro destaca, en distintos p谩rrafos, la importancia del papel del testigo. El hijo puede dar fe de tantos episodios que marcaron la vida del fil贸sofo: “Los testigos importan m谩s que los protagonistas”; as铆, esta obra toma peso como una autobiograf铆a del testigo. De los estadios de f煤tbol a la ceremonia donde esparcieron la mitad de sus cenizas en territorio zapatista, los 煤ltimos cap铆tulos de La figura del mundo son los m谩s emotivos, y en ellos se agitan las emociones del lector. Hacia el final, curiosamente uno acaba con la sensaci贸n de lectura de una novela. Seguro que a Villoro se le ocurrir谩 un animal que represente a este libro entra帽able.

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Autor: Juan Villoro. T铆tuloLa figura del mundo. Editorial: Random House. 

https://www.zendalibros.com/el-filosofo-y-el-cronista/
















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