Por Teodoro Rentería Arróyave
PRIMERA PARTE
No estamos escribiendo de memoria, es una realidad irrefutable, desde siempre la llamada “justicia” es para los poderosos y las condenas son para los desheredados.
El aparato de Justicia de Estados Unidos, que tanto presume, sin tomar en cuenta sus atávicas arbitrariedades que, inclusive, han llevado a la pena capital a no pocos inocentes, tiene un grave, portentoso y complejo compromiso de legitimidad y de moralidad social, con el caso del reo, Donald Trump.
Trump. Archivo
El 45º. presidente de la gran potencia del norte, para evitar ser arrestado, se entregó al juzgado con sede en la cárcel de Atlanta, Georgia, donde fue fichado y fotografiado; la foto de prontuario proveída por la policía del condado Fulton, muestra al expresidente Donald Trump al ser fichado este jueves 24 de agosto de 2023 y en segundos recorrió el globo terráqueo.
Se preguntarán amigos lectores, radioyentes, televidentes y cibernautas sí en el republicano hubo un rasgo de pudor y de vergüenza, nada de eso, en su galopante y enfermiza propaganda mediática, que tanto le ha redituado, no hay ni el menor arrepentimiento, sino que además presume su condición de indiciado, es decir de reo en libertad bajo una fianza mínima de 200 mil dólares, que seguramente sacó, sin problemas, de su millonaria cartera.
Así es esto de la “justicia”, tradicional norteamericana, impone una fianza al magnate neoyorquino de 200 mil dólares, algo así como quitarle el pelo a un gato, mientras se “pudren” en las mazmorras de Guantánamo, en territorio ocupado de la digna Cuba, víctimas de las políticas de la arrogancia estadounidense, y no se diga en las cárceles de toda la unión americana.
Trump, dejado en libertad con una fianza ridícula de 200 mil dólares, muy orondo y burlón volvió al aeropuerto para su vuelo de regreso a su lujosa residencia en Nueva Jersey.
No obstante, que la acusación, en este caso, contra el Donald es tan grave, como la elaboración de un plan ilegal para revertir los resultados de la elección de 2020 en Georgia, el fichaje sólo tomó 20 minuto, sin embargo, produjo un momento histórico: la primera foto de prontuario de un exmandatario de Estados Unidos.
“Impenitente y soberbio”, como es, después de su breve visita a la prisión, el expresidente insistió en que no hizo ‘nada malo’, y describió el proceso que lo acusa de socavar los resultados de la elección como una “burla a la justicia”.
“Si impugnas una elección, debes ser capaz de impugnar una elección”, dijo a los reporteros desde la pista del aeropuerto antes de abordar su avión de regreso.
Además, la fotografía presenta a un Trump entregándose a las autoridades por cuarta ocasión en lo que va del año, los cables informativos se han vuelto una rutina de la temporada electoral, a tal grado que no ocultan el espectáculo sin precedentes de un expresidente enjuiciado y contumaz aspirante presidencial no obstante que ha sido fichado por cargos penales.
Nosotros, por nuestra parte, diremos que es una desvergonzada burla no sólo a la publicitada “justicia” sino al pueblo todo de Estados Unidos y del mundo entero. LA “JUSTICIA” ES PARA LOS PODEROSOS, LAS CONDENAS PARA LOS DESHEREDADOS. CONTINUARÁ.
