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Visita muy desafortunada

OPINI脫N de Pu帽o en Alto
 

Algunos lo interpretan como la visita temerosa de quien no sabe ser ni estar. Si se est谩, se est谩 con todas las consecuencias y si no debe ser tambi茅n con todas las consecuencias. La actitud “mediopensionista” entre el estar o no estar no contenta a nadie. Ni a los que le exigen la presencia institucional ni a los que abogan por una efectiva separaci贸n de Iglesia y Estado.




La aconfesionalidad de las instituciones p煤blicas que consagra la Constituci贸n para algunos y algunas es tan papel mojado como la promesa de cumplir y hacer cumplir la Constituci贸n como norma fundamental de convivencia del Estado. Lo del laicismo de las administraciones p煤blicas ni lo consideramos.

Se quiera reconocer o no, la visita por muy oficiosa que se quiera considerar da naturaleza institucional a una reminiscencia de la dictadura revestida con un folclorismo trasnochado que se resiste a desaparecer con el trampantojo manipulador de un supuesto sentimiento popular.

¿C贸mo se puede explicar que se le preste pleites铆a a los representantes de una fe religiosa que entre otros postulados condena el aborto como derecho de la mujer, condena los derechos de las personas LGTBi o niega el matrimonio homosexual? Derechos que est谩n en el frontispicio ideol贸gico que dicen defender.

¿De qu茅 sirvi贸 no asistir al preg贸n de la patrona interpretado como acto de coherencia pol铆tica e institucional, si poco despu茅s la pierde con la muy desafortunada y claudicante visita el d铆a de la patrona de marras?

Sin riesgo a equivocarnos podemos decir que aquella coherente ausencia sirvi贸 de poco, como poco ha servido la supuesta rectificaci贸n y abandono de la coherencia pol铆tica e institucional. En este caso, la mancha de mora no se ha podido quitar con otra mora por muy blanca que sea.

Errores cometemos todos y todos los d铆as. Quien est茅 libre de pecado que tire la primera piedra como dir铆an hip贸critamente aquellos, pero sucumbir a la primera de cambio a las presiones del “lobby capillita” local no es un error cualquiera es, m谩s bien, una claudicaci贸n en toda regla. Claudicaci贸n que tiene y tendr谩 consecuencias, porque no se quedar谩 ah铆, exigir谩n m谩s al ver la debilidad que han descubierto. Los fuegos artificiales y cohetes sonoros est谩n prohibidos y que se pudieron o铆r con toda impunidad es un ejemplo de ello.

Por m谩s que se diga y repita cada a帽o no deja de ser menos cierto, aunque a algunos no les guste y sientan que se ofende a sus creencias y devoci贸n religiosa por ello. El desfile procesional de una divinidad representada por un trozo de madera primorosamente tallado y policromado, ataviado hasta la saciedad con toda clase de lujosos abalorios con una vara de mando municipal a sus pies porque, en su d铆a, unos iluminados supuestos representantes del pueblo le concedieron el t铆tulo de alcaldesa perpetua, cada a帽o es y seguir谩 siendo un ejercicio descomunal de hipocres铆a colectiva.

Saber ser y saber estar significa saber comportarse sin que ello suponga la p茅rdida de tu propia coherencia. Algunos y algunas creen que saber ser y estar y su propia coherencia es una mera cuesti贸n de votos y para otros y otras es poder lucir elegantes atuendos elegidos para la ocasi贸n ante las miradas de los dem谩s.

 

Pu帽o en Alto

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