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Chile. 50 años negando lo innegable


Por Jorge Lillo

Donde se pone el dedo en la llaga de una herida que no ha cerrado, no cierra ni cerrará.

El olvido está lleno de memoria (Mario Benedetti)

Pasaron cincuenta años 
y aquí no ha pasado nada; 
usted no estuvo enterada 
y otros dicen “¡qué extraño!” 
No quieren saber del daño 
ni tampoco quién lo hizo; 
hoy se elude el compromiso 
de validar esta historia 
que pasa como faloria, 
como si fuera un hechizo.

“Yo no supe cómo fue 
porque estaba en otra cosa”. 
Ninguno cavó la fosa 
ni lo que vino después. 
Otros dicen: “no juzgué, 
pues nunca supe de excesos; 
tampoco supe de presos 
ni menos de torturados; 
jamás divisé soldados 
actuando en algún suceso”.

“Yo nunca fui partidario, 
ni tampoco desfilé; 
nunca supe de una UP: 
me extraña este aniversario”. 
—“¿Seguro, subsecretario, 
que murió algún presidente?” 
—“Yo siempre fui dirigente 
de algún partido de izquierda 
y ese nombre no concuerda 
con mis ideas recientes.”

“Nada tuve que ver, 
por eso es que nada vi; 
me daba sombra el quepí 
y nada podía hacer”. 
“No volverá a suceder, 
–dice un iluso encumbrado 
que se encuentra acogotado 
y a punto de fenecer– 
desde el cepo puedo ver 
que todo está superado.”

“Convoco, primeramente, 
a la unidad nacional 
por el bien empresarial 
que beneficia a la gente. 
El pasado ya está ausente, 
miremos hacia el futuro. 
Dejemos los datos duros 
que en nada nos benefician 
y no clamemos justicia 
por sucesos tan oscuros.”

Muy pocos dicen: “yo estuve, 
yo dije, yo publiqué, 
yo escribí, yo dibujé 
yo defendí, yo sostuve.” 
La negación hoy se sube 
por las ramas del olvido 
y se niega lo ocurrido 
por buscar la conveniencia 
que acomoda la conciencia 
a inconfesables motivos.

De nada valen las fotos, 
los deudos, los documentos: 
se inauguran monumentos 
a quien violó ayer sus votos. 
¿Quién podrá ponerle coto 
a la bajeza imperante 
con que niegan la aplastante 
verdad de los testimonios? 
Actúan como Polonio (1), 
aquel mendaz intrigante.

Supera, esta nugatoria (2), 
los límites de lo absurdo: 
lanzando argumentos burdos 
intentan torcer la historia 
denigrando la memoria 
de quien cayó combatiendo 
en el día más horrendo 
que avergüenza a este país. 
La negación sigue aquí 
y en ella te estás hundiendo.

Cincuenta años después, 
se reniega del pasado: 
se desconoce lo actuado, 
lo que ha sido y lo que fue. 
Me despido aquí de usted 
pues ya nada me sorprende: 
ni el esclavo que defiende 
el yugo que lo maltrata, 
ni el traidor que aún mata 
al gran Salvador Allende.

(1) Polonio, (personaje de Hamlet) actúa como un “tonto charlatán” para mantener su posición y popularidad a salvo y para evitar que alguien 

descubra sus tramas de ascenso social.

(2) Nugatoria: que burla la esperanza que se había concebido.





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