OPINI脫N de Samuel Schmidt
El salario de la Presidenta (CEO) de General Motors es de 29 millones de d贸lares anuales o $13,942 la hora, ella gana 580 veces el salario de $50,000 anuales para un jefe de l铆nea o 191 veces los $151,320 que gana un gerente. Gana 1,161 veces m谩s por hora que los 12.00 por hora de un empleado de atenci贸n al cliente, o 453 veces los $30.72 por hora que gana un operador de montacargas.
Tal vez esta desigualdad explique en parte que la funcionaria prefiera perder 200 millones de d贸lares semanales antes que ceder ante las demandas de aumento de salario o prestaciones de jubilaci贸n de sus trabajadores. A los obreros les ofrece 20% de aumento mientras que ella ha recibido 34% de aumento en los 煤ltimos 4 a帽os. El costo potencial para las tres armadoras era de 5,000 millones de d贸lares, dos de ellas ya lograron acuerdos con el sindicato.
Acaso la presidenta de el gigante automotriz simplemente se reh煤sa a que se rebaje la gran desigualdad salarial, o en su mente est谩 el rechazo a los sindicatos que recorre la mente de muchos ejecutivos estadounidenses que creen que cualquier organizaci贸n obrera es se帽al de comunismo.
El primer domingo de septiembre se celebra el d铆a del trabajo en Estados Unidos, usualmente los sindicatos organizan d铆as de campo o carnes asadas, es para ellos un momento de socializaci贸n y convivencia. No hay marchas ni manifestaciones. Estados Unidos separ贸 la celebraci贸n del d铆a del trabajo del resto del mundo para quitarle a la fecha la ocasi贸n de ser el recuerdo de la masacre ante la lucha obrera (m谩rtires de Chicago); en ese pa铆s se trabaja duro y con tes贸n en la lucha contra la ideolog铆a, para que se preserve la ideolog铆a, este galimat铆as quiere decir, que todo aquello que huela a progresista es ideolog铆a y por lo tanto hay que luchar contra ella, mientras que el conservadurismo no es nada y debe preservarse. Mucho se ha escrito sobre el fin de la ideolog铆a o el fin de la historia que son sin贸nimos, as铆 que no insistir茅, aunque en nombre de esta lucha se derroca gobiernos, se promueve golpes de Estado y se masacra a la parte de la sociedad que lucha por sus derechos.
En el estudio que hice sobre la industria maquiladora en M茅xico, encontr茅 que muchas empresas llegaban con la demanda de no tener sindicato, el l铆der sindical en Ciudad Ju谩rez, muy pragm谩tico y acomedido me dijo que ellos aceptaban las empresas que no quisieran sindicato y las que lo quisieran eran bienvenidas, a ellos a final de cuentas lo 煤nico que les interesaba eran las cuotas.
La postura anti sindical recorre Estados Unidos, empresas como Amazon o Starbucks no escatiman esfuerzos para cerrarle la puerta a los sindicatos.
El grupo Monterrey generaliz贸 la formaci贸n y mantenimiento de sindicatos blancos, o sindicatos de empresa, o sea controlados por la patronal. Ese modelo se basaba en el principio de no tener que tratar con todos y cada uno de los empleados, cuesti贸n problem谩tica con empresas con cientos o miles de obreros, y prefer铆an una sola voz para negociar y cuanto mejor si 茅sta estaba comprada.
La CTM, aliada incondicional del PRI entendi贸 que hab铆a un negocio de por medio. Un alto ejecutivo de una empresa en Toluca me dijo que el l铆der local de la CTM vend铆a el contrato colectivo y cada a帽o cobraba su iguala para que hubiera armon铆a.
El l铆der del sindicato de PEMEX elev贸 la corrupci贸n a niveles inusitados y hasta fue parte de un donativo de m谩s de 1,000 millones de pesos para la candidatura presidencial del PRI.
Mientras esta corrupci贸n sindical se generalizaba para oprimir a los obreros e imponerles un congelamiento salarial real para que el salario fuera competitivo a nivel mundial y se pudiera atraer inversiones, hab铆a islas de rebeli贸n y constante organizaci贸n sindical, en unos casos m谩s exitosos que en otros, una parte hoy cobra la cuota con un puesto en el gabinete de L贸pez Obrador.
Uno pensar铆a que en el mundo de los negocios todo es racional, que para cada decisi贸n se hace un c谩lculo de costo-beneficio, entonces no queda claro para que asumir grandes p茅rdidas en las huelgas cuando estas finalmente se presentan, lo que en Estados Unidos no es frecuente. Y es el c谩lculo pol铆tico que busca derrotar a los obreros para tratar de imponerles condiciones de trabajo desventajosas.
Muchas empresas se van a otros pa铆ses donde se evaden las leyes de protecci贸n laboral, ya sea largas jornadas de trabajo o hasta trabajo infantil, pero no es para beneficiar al consumidor final, sino a los grandes ejecutivos como la presidenta de GM.
La presidenta de GM justifica su mega salario porque la empresa funciona bien, pero lo hace justamente por los obreros a los que quiere seguir oprimiendo.
La clase obrera est谩 despertando aunque se usen eufemismos para denominarlos (operarios, asesores, o cualquier denominaci贸n ideol贸gica), los sindicatos en Estados Unidos se movilizan y logran victorias in茅ditas, lleg贸 la hora de empezar a igualar.
