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Cuba obligada a ganarle la batalla al bloqueo (I)

Por Teodoro Renter铆a Arr贸yave

Triste noticia, el estupendo amigo y reconocido colega, reportero y analista especializado en deportes, Aldo Fernandez Gris, “Aldo Deportes”, como lo bautizara el comediante Hector Lechuga, falleci贸 este domingo en la Ciudad de M茅xico, hijo de la leyenda de la narraci贸n deportiva, 脕ngel Fern谩ndez. Por razones generacionales, mis hijos colegas Gustavo y Teodoro Ra煤l sostuvieron una fraternidad indisoluble, el autor con su padre, 脕ngel, ambos coincidimos en la XEDF como fundadores de la primera redacci贸n period铆stica radiof贸nica en 1956. Habr谩 tiempo de un Comentario a Tiempo a su memor铆a.  

PRIMERA PARTE 

Porque me siento amigo de Cuba y de su pueblo todo, porque reconozco la heroicidad de su Revoluci贸n y porque desde siempre he condenado el criminal embargo impuesto y sostenido unilateralmente por Estados Unidos, me d铆 a a la tarea de realizar reuniones informales con varios amigos colegas cubanos y mexicanos solidarios con Cuba que vemos con mucha preocupaci贸n la situaci贸n en la isla en un contexto muy peligroso para la integridad de la isla por las pr贸ximas elecciones y las perspectivas de los dos presidentes que le han hecho mucho da帽o al pueblo con la intensificaci贸n del bloqueo y la coincidencia de mantener a Cuba en forma artificial y de manera ponzo帽osa “entre los pa铆ses colaboradores con el terrorismo”, uno de ellos ocupar谩 la Casa Blanca en los pr贸ximos cuatro a帽os. A propuesta del autor, mis contertulios, me confiaron presentar sus criterios comunes al respecto; respetando el secreto profesional de las fuentes, lo 煤nico que hemos hecho es acomodar period铆sticamente esos invaluables an谩lisis que hoy iniciamos a darlos a conocer. 




No hay dudas de que Cuba est谩 obligada a ganarle la batalla al bloqueo y todos los pueblos del continente deber铆amos ayudarla a vencer, m谩s all谩 de que el protagonista principal es el propio cubano. 

El bloqueo es para la hermosa y fraternal isla del Caribe como una enfermedad cr贸nica de cura muy dif铆cil, pero con la variante de que quienes la sufren la conocen en toda su profundidad y complejidad, y por tanto, seg煤n nuestro criterio, todos sus proyectos deber铆an de concebirse dentro de ese marco. 

Alguien podr铆a decir que es exactamente lo que hace, y seguramente sea as铆, pero aunque lo sea, antes de recurrir al bloqueo en primera instancia para explicar determinadas situaciones internas, se deben explorar tambi茅n otros posibles or铆genes de los problemas.  

Es probable que este razonamiento sea una verdad de Perogrullo, pero lo expreso con la mejor intenci贸n pues, a mi juicio -hago la salvedad que sin vivirlo- el bloqueo, como lo percibimos desde afuera, tiene una proyecci贸n y un espacio espec铆fico en la realidad cubana, el cual no deber铆a salirse de sus marcos por muy amplios que estos sean y mucha la incidencia que tenga en la crisis, para no contaminar el examen de lo que ocurre en el pa铆s y de lo que est谩 en manos del pueblo y el gobierno resolver.  

Pido excusas si parece que estoy dando lecciones. Nada m谩s lejos. Tampoco cuestiono, ni tengo el derecho de hacerlo, la heroica batalla de los cubanos, el David que lleva m谩s de 10 d茅cadas enfrentando ese crimen de lesa humanidad que es el bloqueo. 

Tampoco significa dejar de creer que la descomunal y mal茅fica influencia del bloqueo en la vida diaria de la isla es la primera y m谩s grande causa de los problemas que padecen, como declar贸 el primer ministro Manuel Marrero en la Cumbre Mundial de Gobiernos en Dub谩i donde explic贸 que se trabaja en una amplia actualizaci贸n legislativa como parte de la implementaci贸n de las proyecciones del Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la econom铆a. Todo eso debe de quedar claro.

Explicado eso, pienso que no deber铆a de mezclarse en la medida de lo posible el bloqueo con las estrategias ni con el enfoque de problemas que podr铆an tener su base en fallas y debilidades del sistema social que han prevalecido, no se han rectificado o simplemente la rectificaci贸n fue demasiado superficial o incluso err贸nea. Es solamente una hip贸tesis. 

Veamos la situaci贸n de Cuba como una playa con sargazos como las tenemos en M茅xico: una parte de las aguas muy da帽adas por esa alga, pero otras no. ¿Qu茅 se hace b谩sicamente en los balnearios infectados? Mapear la zona invadida, y contener el alga para impedir a toda costa que invada el 谩rea no afectada. Eso significa fortalecer, desarrollar, proteger, y trabajar arduamente la zona sana para ampliarla hasta que se le quiten los nutrientes a esa planta maligna y desaparezca de las costas. 

En tal sentido pienso -y lo digo con todo el debido respeto- que es imprescindible admitir autocr铆ticamente los errores y deficiencias si es que los hay, y buscar en ellos y no en otras, las causas que les sean propias, identificarlas, aunque est茅n enredadas en la madeja de la guerra econ贸mica de Estados Unidos, a fin de que el proceder de las autoridades tenga tambi茅n como norte evitar acciones que a la postre se conviertan en un nutriente del bloqueo. 

El primer ministro Marrero dec铆a que el gobierno cubano trabaja en estrategias para corregir distorsiones. Es lo correcto, pero hay que cerciorarse de que se explican al detalle cada distorsi贸n, qu茅 da帽os hizo, c贸mo se corrige y sus riesgos, y mantener informado permanentemente al pueblo al respecto, darle participaci贸n en las soluciones, y tener muy en cuenta sus sugerencias y opiniones. Digo cerciorarse porque lo m谩s probable es que esto se est茅 haciendo. 

Los procesos sociales hist贸ricos ense帽an que no se debe temer a reconocer responsabilidades cuando hay crisis de cualquier naturaleza. La de Cuba tiene un origen exterior por el bloqueo, pero no excluye que haya afectado tanto al modelo que tenga rasgos sist茅micos. Habr铆a que definir cu谩l es la parte al铆cuota de culpa que toca a los cubanos y cu谩l a Estados Unidos. Al C茅sar lo que es del C茅sar y a Dios lo que es de Dios. Eso permitir谩 despejar dudas y confusiones y escoger el camino correcto para enfrentar con mayor efectividad la crisis. CONTINUAR脕.

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