Colombiakr铆tica
No existen islas de individuos solos, el yo, el individuo necesita de un nosotros, de una sociedad para constituirse, para vivificarse, el ser social nos define. Pero no todo se hace de golpe y porrazo, todo es gradual, no sin dificultades. Este proceso en el que se consolida el individuo se va dando en la afirmaci贸n y negaci贸n, mis deseos cada vez m谩s se apartan de los que no lo son, por ejemplo, bien sabido es que en 茅sta b煤squeda, en esta construcci贸n del yo, en esta reafirmaci贸n del individuo, en este salir del cascar贸n, se niegan las posesiones invasivas de quienes nos quieren hacer a imagen y semejanza: los hijos y el rechazo hacia sus padres en esa b煤squeda de querer caminar solitos, ganar independencia y no ser una simple copia parental. He all铆, por ejemplo, el surgimiento del conflicto en pro de conquistar la anhelada individualidad, el yo que quiere desmarcarse de qui茅nes est谩n muy pr贸ximos y amenazan con asfixiar.
El individuo se reafirma, se autoafirma en el rechazo de los otros que lo absorben tanto que ponen a peligrar su propia independencia, la diluci贸n del yo, la madre si abraza mucho ahoga a su hijo, tanta proximidad sofoca, todos necesitamos una zona despejada para combatir a nuestros propios demonios, todos necesitamos de nuestra isla de intimidad. Guardamos la mayor distancia para nuestro desarrollo personal, incluso nos fastidia el benefactor que nos quiere aplastar con su generosidad. Nuestra distancia se marca con el odio sentido hacia este ser que nos quiere poseer con su abundancia. O el hijo que quiere desprenderse de sus padres m谩s temprano que tarde, ser 茅l mismo y no simple copia progenitora.
En este proceso se despiertan las peores pulsiones de violencia que envenenan la vida interindividual hasta incluso desestabilizar la sociedad. Luchamos con u帽as y dientes por defender nuestra individualidad con sus deseos, no importa si el mal orienta con tal de no sufrir el desarraigo del propio Ser anhelado. La energ铆a pulsional y sus agresiones humanas concurren en ese prop贸sito. Pero m谩s que preservar el ser, es aumentarlo, es la tendencia profunda del hombre, el deseo desenfrenado es lo m谩s com煤n.
Pulsi贸n Agresiva
A diferencia de los animales que se caracterizan por lo instintual, los hombres son m谩s de energ铆a pulsional y agresividad, y m谩s a煤n cuando se sabe finito, es el 煤nico que tiene consciencia de la muerte, esto explica el querer tenerlo todo, acaparar riqueza, atesorar, la posesi贸n es lo suyo. Es una carrera por aplazar su muerte, alcanzar la gloria, af谩n por dejar obra, por perpetuarse, es el motor de la vanidad de hacerse inmortal. Amamos a qui茅nes est谩n con nosotros, a quienes nos acompa帽an en nuestros prop贸sitos, y odiamos a quienes nos disminuyen, incluso a quienes nos aplastan con su generosidad.
Nuestro ego comanda las pasiones. Todo lo queremos para nosotros, exigimos toda la exclusividad, quien nos dej贸 de amar, ser谩 nuestro enemigo, le declaramos la guerra, sabemos con qui茅n nos casamos, pero desconocemos de qui茅n nos divorciamos. La violencia estalla en sus disfraces, con sus m谩scaras que ocultan, disimulan la violencia desbordante. Se odia lo m谩s querido, pero tambi茅n lo m谩s odiado y vuelto hacia nosotros se vuelve lo m谩s querido, lo m谩s amado. Lo ambivalente en contradicci贸n ser谩 resuelto en esta voracidad pasional. El deseo no se somete a ning煤n orden, as铆 la vida se desorganiza, se llena de tropiezos y querellas que el individuo enmascara para sacar ventaja, perdemos exponi茅ndonos, la interiorizaci贸n de los problemas se intensifican, somatizar para luego evacuar con otras facetas, mientras m谩s nos ocultamos, m谩s nos mostramos.
Mito Fundacional
Esta lucha del individuo por reafirmarse en contra de un nosotros, de diferenciarse ante los pr贸ximos que lo rodean, es el llamado mito fundacional del Yo que luchar谩 con todas sus fuerzas contra toda aquello que amenace con disminuirlo. Son los conflictos, las fricciones que van surgiendo en esta b煤squeda de identidad. Este es un paneo si se quiere de alcoba, de lo que sucede en familia. Pero 茅sta lucha por la construcci贸n del Yo, no para all铆, est谩 la otra esfera de la sociedad y en especial lo que deriva de la iniquidad social, de la escasez de recursos requeridos para materializar deseos, sue帽os, necesarios a la existencia.
Las Inequidad aumenta los Conflictos
Las desigualdades sociales acent煤an los conflictos en especial de los que poseen poco o nada, la escasez es fuente de inconformidad. Para mantenerse con vida se debe solventar lo esencial como lo es comida, techo y abrigo. En la escasez se entra en el desespero, en inestabilidad emocional. Lo material y lo humano son indisociables. Es un tema de recursos, de distribuci贸n necesaria, equitativa, de un m铆nimo vital. Nos referimos a las satisfacciones b谩sicas de la existencia, no al imperialismo del deseo sin freno, los que todo lo tienen, y a煤n as铆 son insaciables. Los objetos preciosos y 煤nicos atizan la curiosidad, encienden la rabia posesiva y acumuladora.
El mal de la inequidad no ha sido resuelto ni por la justicia, ni por la escuela, ni por las instituciones morales de las religiones, m谩s bien lo acent煤an. No s贸lo basta con apaciguar los conflictos, se apacigua el incendio pero no lo extingue, fracaso del Derecho. La escuela reproduce lo peor de la sociedad m谩s que influir en modelos de conducta, pedagog铆a insuficiente. Y la religi贸n es un comod铆n que se ajusta seg煤n sean las necesidades, en esencia vagas sin polo a tierra, desvinculada de las necesidades materiales y espirituales. No se est谩 cayendo en el pesimismo, 茅ste nada resuelve, m谩s bien agrava, pues a帽ade mal a un mal.
En conclusi贸n, el conflicto es real y necesario para reafirmar al ser, al individuo. Pero mal tramitado es caos y amenaza la vida en comunidad. La discordia es nociva, envenena las relaciones, ganamos con su renuncia, ganamos con la simpat铆a hacia nuestros semejantes. No existen islas de individuos, crecemos en comunidad, los v铆nculos afectivos y los medios en que se vehiculan, se propagan crecen cada d铆a, v铆as, carreteras, puentes, mass media, todo ello facilitan nuestra proximidad, nuestra vida comunitaria. El Derecho, la ley protege nuestra vida comunitaria, pone l铆mites al testarudo ego铆sta que se quiere imponer con odio hacia el otro a qui茅n le ha declarado la guerra. El derecho apacigua las tensiones, disputas y agresiones, es condici贸n de posibilidad para una sociedad cohesionada, pues la agresividad no conoce tregua.
Nota. Estas l铆neas quieren ser una invitaci贸n a leer ¿C贸mo salvarse de la Servidumbre? Francos Dagognet. En la web de la editorial Piedra Rossetta se puede conseguir mayor informaci贸n.

