Los dispositivos electrónicos de cientos de miembros de Hezbolá estallan al mismo tiempo causando miles de heridos
El grupo chií culpa a Israel y promete un castigo
En pocos minutos los heridos colapsan por completo los hospitales. Ocurre en Beirut, pero también en una decena de poblaciones del centro y sur del Líbano con lesiones muy parecidas. Amputaciones de dedos, cortes en la cara y en el abdomen, donde habitualmente se llevan los dispositivos buscapersonas. Las explosiones sorprendían a las víctimas en sus quehaceres cotidianos: en el supermercado o en plena calle. Hay miles de heridos, entre ellos muchos miembros de la milicia proiraní de Hezbolá. El embajador iraní en el Líbano ha resultado también afectado. Las autoridades libanesas llamaban a todos los trabajadores sanitarios a acudir a los centros médicos. También pedían a la población que acudiese a donar sangre. Ha sido una ola de explosiones coordinadas, simultáneas y de gran alcance. Un ataque sofisticado que no tiene precedentes y que asesta, probablemente, el mayor golpe contra la guerrilla libanesa en su guerra abierta con Israel. Hassan Nasralah, el líder de Hezbolá que habría salido ileso, desaconsejaba a sus milicianos usar teléfonos móviles para evitar que los geolocalizaran. La alternativa eran estos dispositivos buscapersonas cuya batería de litio, si se calienta mucho, estalla. Su respuesta no se ha hecho esperar. "Israel recibirá un castigo proporcional", anunciaba la milicia pro iraní en un comunicado, aumentando aún más, si cabe, la tensión en la región.
Atlas
