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Un modelo de defensa no ofensiva

Jorge Riechmann

Se intensifican, un d铆a tras otro, las se帽ales de remilitarizaci贸n de Europa…[1] Ser铆a el momento de recuperar las propuestas de una defensa no ofensiva.




A comienzos de los a帽os ochenta del siglo XX, diversos analistas en la Europa occidental de aquella 煤ltima fase de la Guerra Fr铆a se帽alaron que la estrategia de disuasi贸n nuclear entonces en vigor era del todo irracional: las respuestas militares programadas en ella conducir铆an a la destrucci贸n de lo que se supone que se defiende. El polit贸logo germano-occidental Horst Afheldt (1924-2016) propuso en su libro de 1983 Defensive Verteidigung un modelo de defensa aut茅nticamente no ofensiva, “un modelo de respuesta defensiva de segundo ataque, es decir, la renuncia a todas las armas ofensivas como tanques, bombarderos, etc., incluidas las armas nucleares t谩cticas, aunque no las armas nucleares de mayor alcance (armas nucleares estrat茅gicas). Adem谩s, incluye la renuncia al tipo de defensa denominada ‘frontal’, que forma parte de la estrategia de respuesta flexible, es decir, la renuncia a las formaciones frontales. En su lugar, Afheldt propone una red de unidades de tecnocomandos, como 茅l las llama, que se extender铆an por toda la Rep煤blica Federal Alemana (fuera de las grandes ciudades). Cada una de estas unidades de comandos (ser铆an unos diez mil en total) tendr铆a una base local y se encargar铆a de defender aut贸nomamente su territorio con las m谩s modernas armas defensivas de alta tecnolog铆a si alg煤n atacante de la Rep煤blica Federal intentara penetrar en su territorio”.[2]

[1] “Un indicio inquietante del estado de Europa es que, de pronto, ha encontrado su soluci贸n m谩gica: el gasto militar. Y Von der Leyen se pavonea anunciando una inversi贸n de 800.000 millones de euros en material militar, de manera que entra as铆 directamente en la l贸gica de los nihilistas. Armarse hasta los dientes a lo sumo puede servir para consolidar el statu quo, hasta que alguien de otro salto. Bien est谩 que Europa se refuerce para defenderse, que sepan que no est谩 dispuesta entregarse. Pero es situar el problema en la l贸gica de las relaciones de fuerza que los nihilistas imponen y en la que seguir谩n mandando. ¿A qui茅n se compran las armas? Europa tiene que preguntarse por qu茅 su gente gira a la extrema derecha y por qu茅 la derecha liberal se instala en esta misma l贸gica. Y tiene que reflexionar sobre la impotencia de la democracia, en inquietante regresi贸n en todo el continente. No dudo que hay que defenderse, que hay que hacer dif铆cil la tarea de los nos amenazan, pero mal asunto si entramos en su propia l贸gica: la ley de la fuerza como imperativo supremo. Un principio incompatible con la democracia y las libertades b谩sicas.” Josep Ramoneda, “Las instituciones morales europeas”, El Pa铆s, 7 de marzo de 2025; https://elpais.com/opinion/2025-03-07/las-instituciones-morales-europeas.html

[2] Thomas Trempnau y Michel Vale, “Horst Afheldt’s defensive response model”, International Journal of Politics vol. 13 n煤m. 1/2 (primavera-verano de 1983), p. 187; https://www.jstor.org/stable/40470103?seq=1

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