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Día Mundial del Medio Ambiente: Un GRIT0 urgente de la MADRE TIERRA

OPINIÓN

Ollantay itzamná


Ecosistema en la zona 2 de la ciudad de Guatemala. OI.

El 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, nos encuentra en una encrucijada crítica. La civilización moderna, en su insaciable búsqueda de un progreso ilimitado, ha llevado a nuestra Madre Tierra al borde del colapso. Las crisis ambientales, antes consideradas amenazas distantes, hoy son una realidad palpable que golpea cada rincón del planeta: el cambio climático descontrolado, la pérdida vertiginosa de biodiversidad, la contaminación de aire, agua y suelo, y el agotamiento de recursos vitales. Todo ello, resultado directo de un estilo de vida energívoro, consumista y de acumulación desenfrenada.

Y como si estas calamidades no fueran suficientes, la sombra de la guerra nuclear se cierne sobre nosotros, sumando una amenaza existencial que podría aniquilar lo poco que queda de esperanza. La misma lógica de dominación y explotación que ha devastado el medio ambiente, alimenta la maquinaria bélica, demostrando la interconexión intrínseca entre la paz social y la salud planetaria.

Es imperativo que el Día Mundial del Medio Ambiente trascienda la mera conmemoración y se convierta en un llamado a la acción radical. Debemos denunciar sin ambages a aquellos que, bajo el velo del «desarrollismo», promueven un modelo económico y político letal, ciego a los límites biofísicos del planeta y sordo a las voces de las comunidades afectadas. Su búsqueda de ganancias a corto plazo hipoteca el futuro de las próximas generaciones y la vida misma.

No podemos seguir por este camino. Es urgente abandonar el estilo de vida moderno que nos ha traído hasta aquí. El consumo desmedido, la producción desechable y la acumulación de bienes materiales son un cáncer para la Tierra. Necesitamos transitar colectivamente hacia conductas de cuidado en lo cotidiano: repensar nuestras necesidades, reducir nuestra huella ecológica, reutilizar, reparar y reciclar.

Pero el cambio individual, aunque necesario, no es suficiente. Es hora de exigir y construir un nuevo sistema económico y político que priorice la vida sobre el lucro, la sostenibilidad sobre el crecimiento ilimitado y la equidad sobre la desigualdad. Un sistema que reconozca la interdependencia entre todos los seres vivos y valore la sabiduría de los pueblos originarios, guardianes ancestrales de la Tierra.

El futuro de la Madre Tierra y de la humanidad depende de nuestra capacidad para despertar y actuar ahora. Que este 5 de junio sea el catalizador para una transformación profunda y urgente. La vida nos lo exige.





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