Mina en República Democrática del Congo (archivo) - Europa Press/Contacto/Alain Uaykani - Archivo
Al menos 40 personas han muerto tras un derrumbe ocurrido el sábado en la mina Kalando, cerca del pueblo de Mulondo, territorio de Mutshatsha, en la provincia de Lualaba, en el sur de República Democrática del Congo.
El Servicio de Asistencia y Supervisión de la Minería Artesanal y de Pequeña Escala del Gobierno congoleño ha informado de que un puente improvisado sobre una zanja se derrumbó por la acumulación de mineros artesanales en medio de una avalancha humana, informa el portal de noticias congoleño Actualité.
El pánico se desató debido al parecer a los disparos efectuados por militares presentes en la zona, lo que provocó que decenas de mineros cayeran consecutivamente sobre la zanja que salvaba el puente y aplastándose unos a otros.
La zanja, excavada por una empresa minera china, servía como límite y barrera de seguridad, pero se convirtió en una trampa mortal cuando la estructura de madera colocada sobre ella cedió tras no soportar el peso de los aterrorizados trabajadores, según el informe oficial, citado por Actualité.
La cooperativa COMIKAM y los mineros artesanales han denunciado reiteradamente ante las autoridades la ocupación del yacimiento por parte de militares y actores no autorizados que habrían expulsado a las cooperativas y a los mineros artesanales en varias ocasiones en favor de socios privados chinos.
Los mineros han protestado espontáneamente tras el incidente, tras lo cual el secretario provincial de Interior se desplazó hasta el lugar para intentar mediar. Los manifestantes exigen la retirada inmediata de los militares del lugar y la apertura de una investigación independiente para depurar responsabilidades.
CRÓNICA de Timothée Prince ODIA
Un trágico accidente sumió la mina Kalando en el luto el sábado 15 de noviembre, cerca del pueblo de Mulondo (territorio de Mutshasha), en la provincia de Lualaba, causando la muerte de más de cuarenta personas, según un informe detallado enviado al Director General del Servicio de Asistencia y Supervisión para la Minería Artesanal y a Pequeña Escala (SAEMAPE).
Según el informe, un puente improvisado arrojado sobre una zanja fronteriza cedió bajo la presión de una multitud de mineros artesanales (EMA) en pánico.
Los informes iniciales sugieren una situación de pánico provocada por disparos de elementos militares encargados de asegurar el área. Mientras huían, las excavadoras se amontonaron una encima de la otra en la profunda zanja, causando unos 40 muertos y numerosos heridos, según un informe provisional.
"Una trinchera cavada por un socio chino en el corazón de la tragedia. La zanja, excavada por el operador chino asociado a la minería que opera el sitio, sirvió como límite y barrera de seguridad. Pero este dispositivo se habría convertido en una trampa mortal cuando la estructura de madera colocada sobre él cedió, incapaz de resistir el movimiento masivo de trabajadores aterrorizados", dice el documento consultado por ACTUALITE. CD.
El emplazamiento de Kalando, situado a 42 kilómetros al sureste de Kolwezi, es oficialmente una zona minera semiindustrial, operada en la PE 2116 de la empresa CHEMAF. Según el informe, las EMA solo acceden a ellos los sábados y domingos gracias a una autorización "social" otorgada por un socio chino identificado como Pan Kai.
Las tensiones en torno al control del sitio no son nuevas. La cooperativa COMIKAM y los mineros artesanales denunciaron, en correspondencia dirigida a las autoridades provinciales, la ocupación del lugar por parte del ejército y actores no previstos por la ley. Se dice que estas fuerzas armadas expulsaron repetidamente a cooperativas y mineros, en favor de varios socios privados chinos, incluido "J.M.J."
Esta complejidad en la gestión del sitio, combinada con la presencia de hombres uniformados, crea un entorno altamente volátil, como destacó SAEMAPE en varias de sus notas técnicas anteriores.
Después de la ira de los excavadores que se manifestaron espontáneamente, el ministro provincial del Interior corrió al campo para tratar de aliviar las tensiones. Su presencia calmó a las multitudes y evitó una conflagración general en una región ya debilitada por los conflictos por la minería artesanal y semiindustrial.
Fuentes locales informan que los manifestantes exigieron la retirada inmediata del ejército del lugar y la apertura de una investigación independiente para establecer responsabilidades.
En su informe, la Dirección Provincial de SAEMAPE/Lualaba pide la suspensión de las actividades para permitir un inventario en profundidad y una posible búsqueda de víctimas, la prohibición de cavar trincheras para asegurar los sitios, debido a los riesgos ecológicos y de seguridad, pero también la participación urgente de las autoridades nacionales y provinciales, con el fin de garantizar el acceso de sus técnicos a un sitio controlado por elementos armados.
SAEMAPE también aboga por la aplicación estricta de las recomendaciones anteriores, en particular la formalización de un marco de colaboración con la Policía Minera y la retirada de todos los actores armados no previstos por la ley.
Se espera una investigación, pero mientras tanto, la región está conmocionada. Si bien el número de muertos aún podría aumentar, los equipos técnicos de SAEMAPE están trabajando arduamente para establecer las circunstancias exactas de la tragedia.
Las familias, sumidas en el duelo y la rabia, exigen explicaciones y medidas rápidas para evitar que un accidente así vuelva a ocurrir.