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AI pide que se ponga fin a la persecución de líder religioso uigur

CHINA - Abdukiram Abduveli, de 59 años, está recluido tras aumentar por quinta vez su condena a prisión. El líder religioso musulmán está enfermo y en situación crítica mientras continúa su huelga de hambre

•elmercuriodigital ▫ "La implacable persecución de un líder religioso de etnia uigur debe parar", ha declarado Amnistía Internacional, que pide a las autoridades chinas que revelen por qué se ha aumentado por quinta vez la condena a prisión impuesta a Abdukiram Abduveli.

Abdukiram Abduveli, de 59 años, ya ha cumplido el doble de su condena inicial a 12 años de prisión. Según su familia, está en huelga de hambre desde mediados de febrero como protesta por una condena adicional de cinco años de prisión.

“Parece que las autoridades chinas han elegido a Abdukiram Abduvel porque se niega a dejar de practicar su religión. Las autoridades deben explicar inmediatamente los motivos por los que siguen manteniéndolo en prisión”, afirmó Anu Kultalahti, investigadora de Amnistía Internacional sobre China.

“Este parece otro caso extremo de persecución contra una persona de etnia uigur por parte de las autoridades chinas”.

Según su familia, Abdukiram Abduveli está en estado crítico después de más de 60 días de huelga de hambre.

“Las autoridades deben garantizar que Abdukiram Abduveli  recibe atención médica inmediata y adecuada”, prosiguió Anu Kultalahti.

Antes de su detención en 1990, Abdukiram Abduveli  había viajado por la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang, en el noroeste de China, predicando el Corán y propugnando la difusión del islam.

En 1993 fue condenado a 12 años de prisión por “organizar un grupo contrarrevolucionario” y “hacer propaganda contrarrevolucionaria” e “incitar al derrocamiento del poder político”.

Cuando iba a ser excarcelado en noviembre de 2002, los guardias de la prisión comunicaron a su familia que se había ampliado su condena tres años. Les dijeron lo mismo en otras tres ocasiones: en 2005, 2008 y 2011.

La familia ha recibido sólo una vez una sentencia judicial por escrito en la que se explican las penas de prisión adicionales. Según la sentencia de 2009, Abdukiram Abduveli se negaba sistemáticamente a aceptar la educación penitenciaria, rezaba en varias ocasiones, había anunciado una huelga de hambre y había insultado y golpeado a los internos encargados de vigilarlo.

La práctica de utilizar a presos para vigilar y hacer el “trabajo difícil” o encargarse de la “reeducación” y a veces de castigar o torturar a otros reclusos es habitual en las prisiones chinas.

Las personas de etnia uigur sufren restricciones a su libertad religiosa, la discriminación en el trabajo y la marginación política. Esto ha alimentado las tensiones étnicas en la región del Sin-kiang, y se han producido varios enfrentamientos violentos entre uigures y fuerzas de seguridad en los últimos años.

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