OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Chávez fue un gran comunicador. El más grande de todos, el mejor. Él se sentaba a conversar con nosotros, con sencillez, aboliendo la rimbombancia de discurso, y agregándole mucho sustento, muchas lecturas, mucha creatividad, muchos argumentos. Chávez nos brindaba esas conversas con café que, literalmente, arreglaban el mundo. Él agarraba un tema y lo deshilachaba hasta la última hebra, hasta que no quedara duda. Nos explicaba cosas que teníamos en las narices y, que a veces, tantas veces, no éramos capaces de entender. Chávez nos abrió los ojos, no con sus frases grandilocuentes, que las tenía y con las que nos hacía vibrar, sino con sus palabras sencillas, con sus historias de muchacho de campo, de militar joven en un país entregado, con esos libros enormes que para muchos de nosotros son complicadísimos, convertidos en memorables conversaciones entre amigos que comparten un café. Chávez usaba consignas, sí, pero no hacía de ellas su discurso. L