OPINIÓN de Pascual Serrano .- Fue actualidad hace unos meses la decisión del Metro de Madrid de adoptar el nombre de Vodafone Sol para su estación más emblemática. Durante tres años, la estación tendrá esa nueva denominación, figurará así en todos los carteles y mapas, e incluso la línea 2 se llamará Línea 2 Vodafone. A cambio, recibió de la empresa telefónica tres millones de euros. Mientras la Puerta del Sol parecía el símbolo de una ciudadanía movilizada e indignada, su parada del suburbano pierde su nombre para ser fagocitada por la publicidad. Han pasado unos pocos meses y ya todo el mundo lo tiene asumido. Otra muestra más de que el mercado se mueve en dirección contraria a la voluntad ciudadana, y lo que es peor, logra su objetivo y avanza. También hace unos meses se supo que la Comunidad de Madrid encartaba folletos publicitarios en los sobres donde enviaba la nomina a los funcionarios y empleados públicos. Incluso, como se trata de lo que se denomina un “mercado objetivo”