OPINIÓN de Mauricio Castaño H., Colombia.- La toma de partido por lo puro, por lo limpio se nos impuso tanto como la preferencia por el arriba, por las alturas que por lo de abajo que es despreciable. Alabamos la pureza, glorificamos las alturas, la virgen María es pura sin pecado concebido, es el modelo a seguir; las alturas son preferibles porque nos elevan hacia la pureza, arriba está Dios. En cambio la impureza es rechazable así como lo que se encuentra abajo, arriba está lo sacro, abajo lo infernal. Estas preferencias inspiran a políticos que se creen los salvadores de la sociedad, y como dice un amigo, hay mucho loco suelto de las ultras de derecha y de izquierda, en referencia al atentado con bomba por estos días en un centro comercial en Bogotá, y más aún, cuando las metodologías del terror están inventadas, a disposición del poder… Se echa un bombazo para distraer, y luego se capitaliza para las cosas de conveniencia, por lo general impropias para el bienestar general.