OPINIÓN de Leonora Esquivel, México.- Pasó lo que temía: el tsunami me arrastró y al despertar el camellón de Río Mixcoac amaneció con al menos 400 árboles menos. Varias decenas de vecinos de las colonias aledañas a la obra del deprimido se dieron cita a las 11 de la mañana para mostrar su inconformidad ante medios de comunicación. Hubo quienes se despertaron por el ruido de las motosierras y salieron a ver lo que sucedía: los empleados del Gobierno del Distrito Federal talaron desde las 12 hasta las 4 de la mañana buena parte de los árboles del camellón central. Los vecinos grabaron, tomaron fotografías, hablaron con los supuestos encargados y no se evitó el ecocidio. Incluso comentan que no estaba presente ningún biólogo en el momento y que los taladores no acreditaron su cargo con ninguna identificación. Nunca he sido partidaria de cerrar las calles para protestar, pero esta vez lo justifico y me sumo. Después de meses de supestas mesas de trabajo para conocer el proyecto, de sol