OPINIÓN de Ileana Alamilla , Guatemala.- Empezaremos un nuevo período de gobierno con una pesada carga heredada de dos administraciones que provocaron en una gran parte de la ciudadanía una gran decepción y frustración por distintos motivos, y al país con un escenario difícil de enfrentar. Un gobierno electo democráticamente que dejó a sus electores sumamente defraudados, quienes lo repudiaron igual que sus detractores y lograron arrojarlo fuera del poder. El costo que los dirigentes pagaron por su ambición y hechos delictivos lo están purgando ya con el desprecio y la cárcel; y cuando se emitan los fallos, probablemente será aún más duro el golpe para ellos. El otro, que resultó por un golpe de suerte, fue una miseria de administración, decidió pasar el agua, acomodarse a la calificación de “transición” y coronar su período con una decisión que intentó violentar la Constitución, contravenir principios del derecho del trabajo y quebrantar compromisos internacionales. Afortunadamente la