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Mostrando las entradas etiquetadas como RAFAEL FERNANDO NAVARRO

Boabdil en vaqueros

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Boabdil se arrodilló ante la grandeza de Granada. Se acristianaron los arrayanes, se bautizaron los bordados increíbles, se santificaron las filigranas de luna, luna, lunera. A Boabdil se le nublaron los ojos y le nació un Darro en las pupilas. Y alguien, con un machismo indecente, le echó en cara sus lágrimas: “Llora como mujer, lo que no supiste defender como hombre” Se fue Boabdil por la vega granadina, caballo blanco, elegancia pura sangre jerezana, sin lágrimas para futuros desencantos porque las lágrimas se quedaron regando el Generalife. Boabdil se marchó, vacío de entrepierna, sin relieves masculinos, como un limonero sin fruta inguinal. Y en adelante lloró siempre como mujer de labios perfilados, con la debilidad humillante de quien es mujer plañidera, con menos casta que su caballo blanco, pura elegancia jerezana. Después vino el tango, esa sangre chorreada por corazones rotos, por desamores adúlteros, por puñales despechados. Y otra

La democracia no espera

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Deberíamos preguntarnos cuanto antes, y con la precisión de un cirujano, por la pervivencia de la democracia. Sin miedo a separar capas, a abrir tejidos para llegar de forma irremediable hasta tumores para extirparlo evitando hemorragias, pero con la decisión de quien sabe que se puede acabar la anestesia y en consecuencia aportar un dolor indecible al cuerpo que está delante sobre una mesa, cubierto por completo de oscuridad y donde sólo se percibe el campo operatorio. Es la forma única de terminar con éxito una intervención y devolver al enfermo a la normalidad gozosa de su vida. Pero antes, debe el cirujano contar con estudios de tiempos de coagulación, salud cardíaca, oxigenación en sangre, etc. para que la intervención responda al diagnóstico previo y exacto. La democracia es una parámetro político, el menos malo, para convivir en paz y llevando a la ciudadanía al ejercicio de la responsabilidad de sus tareas y a la plenitud de su digni

San Mariano Rajoy

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- El Papa Francisco, tan dado a canonizar al por mayor, ha perdido una oportunidad fantástica, porque por el mismo precio debería haberte subido a los altares, y proclamarte San Mariano Rajoy. Hubiera quedado bien tu barba de profeta sufridor entre la carne bonachona de Juan XXIII y el deportista Juan Pablo II. Dicen que hacen falta milagros para llegar a la gloria de Bernini. Y de milagros tú vas sobrao. Recibiste en herencia un país desgarrado, con la carne de la economía ensangrentada, tanto que parecía que el país era un inmigrante subsahariano que hubiera saltado las cuchillas de Melilla. Pero tú, antes de irte a no sé dónde a ver jugar a España contra no sé quién, apareciste en Moncloa y nos dijiste que le habías plantado cara a Europa, que le habías espetado cuatro verdades a la mandona Merkel, y que podíamos estar tranquilos porque todo estaba ya en regla. Fue todo en pocos días. Qué poder milagroso el tuyo, Mariano. Prometiste que no ib

"Soy católico"

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- El ministro Margallo se lo espetó al Papa Francisco en la audiencia que el pontífice ofreció a los Reyes con motivo de las últimas canonizaciones: “Santidad, soy católico” Pareció que esa proclamación pública del ministro no impresionó al Papa. “Y lo peor –añadió el chistoso ministro- es que he sido alumno de los jesuitas” Y tampoco el Papa se inmutó. Evidentemente yo no me llamo Francisco ni mucho menos soy el jefe de los católicos. Pero no pude por menos que sentirme estupefacto (que diría ese sublime talento que se apellida Marhuenda y que también se llama Francisco). A mí me entró un escalofrío al pensar que el ministro de asuntos exteriores era católico y que su educación estaba anclada en las enseñanzas jesuíticas. Cuando yo era niño, todos éramos católicos. Para eso habíamos ganado una guerra contra el comunismo, teníamos un caudillo que había vencido a las hordas judeomasónicas, había fusilado a miles de hombres y mujeres que no conf

Políticos

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro. - Hubo un tiempo de hambre política. Franco nos puso la rodilla en el cuello como un antidisturbio de cuarenta años. Nos cortó el grito libertario y nos obligó a masticar el asfalto infame del silencio. Obedecer, aplaudir, halagar, lamer la suela de la bota asesina y sacarle brillo a las cachas de las pistolas para no equivocar el punto de mira y asesinar limpiamente con la bendición del sagrado corazón de Jesús en vos confío. Tuvimos hambre de política. Y un buen día, España sufrió una hemoptisis, se le atragantó un trombo en la femoral con la bravura de un toro irremediable y Franco se aplastó cobardemente contra los toriles y el ruedo se llenó de geranios. Y creció la libertad, la opinión, la elección, las huelgas alegres con cantos de libertad sin ira, libertad, libertad. Y Jarcha subió a los altares y todos peregrinamos sin miedo a la meca de la democracia. Y en esa democracia estamos. Treinta y tantos años. Joven democracia le llaman algunos.

Los malditos

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- España tiene sobre sí el peso de una maldición reciente. Allá por el 36 fue la República, el comunismo, la proliferación de partidos políticos, la enseñanza pública que se atrevía a hablarle a los niños de genitales inmundos y proclamar que la mujer es un valor en sí misma. Y ante tal degradación, surgió el salvador de la patria. Disparó cañones y mitras, pisoteó la piel de toro con botas y báculos y terminó con el comunismo, enseñó a los niños que masturbarse conllevaba la ceguera y puso a la mujer atada a la pata de la cama para disfrute exclusivo del macho Queipo de Llano. El pueblo que había votado a los gobernantes que permitían y alentaban semejantes enseñanzas y vivencias era perdidamente perverso y había que aniquilarlo. Franco empuñó la pluma de firmar sentencias y las tapias de nuestros cementerios se poblaron de cadáveres bendecidos por la cruz sagrada de un dios de derechas. Algo habrían hecho aquellos fusilados al amanecer. No sé por

Dicotomía

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Derecha. Izquierda. Meras indicaciones topográficas para el cartero de turno, para la visita de un sábado por la tarde, para el pizero de un apuro gastronómico. Por lo demás, casi todo igual. Idéntico mármol. Igual alicatado. Puertas estándar. Vivimos en la uniformidad. Lo que no significa, ni mucho menos, vivir en la igualdad. Nos acostumbraron en el colegio de pago. Pantalón gris y camisola blanca lacoste. Falda cruzada con alfiler dorado, ancha para preservar las formas hermosas de los diez y siete años. Y a los treinta, traje Emidio Tucci y vaqueros ellas con relieve de nalgas diseñadas de primavera. Uniformados vamos. ¿Se ha uniformado la política? Desde que la economía se ha colocado en la cumbre, las políticas han reducido su tamaño, se han jibarizado hasta el punto de que la preocupación única es el déficit, la prima de riesgo, la deuda, la redención bancaria. Y para desenvolverse con soltura en esas coordenadas, los políticos sacrifica

Los abuelos

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Los viejos siempre han sido un compendio de méritos hasta el punto de que en ciertas fases de la historia han sido dignos del respeto de la tribu y disfrutaban de una autoridad que les otorgaba su personal vivencia. Y no es que hoy no se exija ese venerable respeto a los ancianos. Pero el vaquero, la camisa de flores, la viagra, el bañador marcando paquete, han conseguido que se conviertan en colegas y haya pasado a la historia su “abuelidad” Uno ya no tiene claro la edad en que se empieza a vivir la jubilación. Ni siquiera tiene claro si existe esa etapa gloriosa de la alegría. Ser viejo es instalarse en el gozo de existir hasta que la muerte nos separe de esta novia con altibajos que es la vida. La artritis, la hipertensión, el corazón cansado de amor y de entrega hacen que un día se te vaya a chorros la vida en la cama de un hospital o en la habitación del abandono de una residencia. Y entonces se desea el alzheimer como una forma de suicidi

Necesito un muerto

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- No hace tanto tiempo, el terrorismo era una necesidad para unos cuantos. Mayor Oreja, ministro que fue, eurodiputado que es, ha demostrado que no sabe hablar de otro tema. Jamás nadie le ha oído hablar de economía, de medio ambiente, de sanidad. Tiene una incapacidad total para otras parcelas de la vida. Y si desaparece el terrorismo, se convierte en una barba blanca que no sabe qué decir. Como Gallardón, que se resume en unas cejas, dando tumbos, recortando que es fácil, amputando derechos que es fácil, como un macho cabrío frente a la mujer que es fácil. Y lo mismo le pasa a Isabel San Sebastián, a Alcaraz y ahora es el alimento único de ese nuevo partido que se llama VOX. El 22 de Marzo se celebró el día de la dignidad. Porque un estómago vacío, un niño con hambre, un dependiente sin ayuda, el hijo de un obrero sin universidad, el enfermo convertido en mercancía, el anciano alimentando a su hijo de 50 años, el desahuciado, el parado sin pos

Alemania, provincia de Ceuta

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- No hace mucho escribí un artículo titulado "La maleta de cartón". Fue por entonces. Nos pisaba el cuello la dictadura. Era la miseria, el hambre, el abandono. Vacíos los estómagos. Ellos en las plazas de los pueblos. Por si el señorito precisaba alguien que ordeñara, que hiciera surcos, que recogiera aceituna o algodón. Y venía el señorito. Los miraba de arriba abajo y elegía como cuando en el motel de carretera elegía a la puta de muslos morenos y ojos que le tocaban la entrepierna. Y se quedaban los otros, con la tristeza a cuestas, con el vacío a cuestas, con el hambre a cuestas. Y a medio día decirle a ella que igual que ayer, que antes de ayer, que desde hace tiempo, y que los niños vayan a pedirle a la abuela y que tú y yo no comeremos, como ayer, como antes de ayer. Y otro día sin que el señorito se fije en su estómago y piense en el estómago de ella, en el de los hijos. Y la abuela ya sin nada que darle a nadie. Y el hambre que

La virgen del tricornio

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Demasiadas cosas, como entonces. Como cuando éramos católicos, apostólicos y romanos por decreto de El Pardo, Como cuando los Obispos revoloteaban sus capas moradas por las Cortes. Como cuando el brazo de santa Teresa se fue a vivir con el generalísimo. Algunos no saben que hace años España sufrió un trombo porque se acumularon los asesinados en la femoral y se le paró la sangre al caudillo y le chorreó su propia muerte. El equipo médico habitual desentubó a España y se llenaron los pulmones de libertad. Se nos cayeron las fronteras y conseguimos ser un país libre como los demás y nos hicimos europeos, nosotros que éramos sólo unos encargados de destruir las hordas judeomasónicas. Demasiadas cosas como entonces. Las “criadas” tenían que describirle a la señora el color de la casulla para certificar su asistencia a la misa del pueblo. Misa de siete porque los pobres no tienen derecho a dormir más ni siquiera las fiestas de guardar. Y los del camp

El funeral de Rajoy

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- La muerte cumple años. Diez. El dolor cumple años. Diez. La ausencia cumple años. Diez. El odio cumple años. Diez. Arrastramos diez años. Tiramos de ellos para que ellos no nos claven en los railes de Atocha. Ciento noventa y dos muertes remolcándonos, para que nos quedemos a su lado, para que no las dejemos solas, para que enjuguemos la sangre española, peruana, magrebí, negra. Sangre multicolor, como un arco iris macabro, anudado al mundo con hebillas de acero negro. Diez años se han cumplido desde que a madres y padres le explotó el futuro de unos hijos, de que unos hermanos, de que unos amigos, de que unos compañeros, de que a todos se nos truncó la sospecha de que el mundo era habitable. El 11-M último se celebró un funeral en la Catedral de Madrid. La presidió el Cardenal Rouco fuera ya de su nefasto papel de presidente de la Conferencia episcopal. Y con el fariseísmo que ha ostentado durante su mandato relativizó la contundencia de la

Dignidad

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .-  Ya podemos perder el miedo. La izquierda extremista y radical no se ha cansado de decirnos que todo iba mal. La izquierda extremista y radical se ha manifestado por todas las calles y plazas del país inyectando un miedo innecesario. La extrema izquierda radical, antisistema y filoetarra ha sembrado las avenidas de gritos, ha rodeado el Congreso de los Diputados con voluntad de golpe de estado, estilo Tejero. Menos mal que la aguerrida Delegada del Gobierno de Madrid divisó a tiempo los tricornios de noche y charol y, Agustina de Aragón ella, capitaneó sus huestes hasta que derrotado y vencido el enemigo…Y sucedió en Valencia, Sevilla, Coruña…La extrema izquierda radical estaba omnipresente y hasta era de sospechar que recibiera apoyos de los países del Este (Marhuenda, Alfonso Rojo, Merlos, Chaniz todavía no se habían enterado de la caída del muro de Berlín) para contrarrestar la victoria de la santa cruzada de Gallardón y Fernández a cuyo fren

No quiero ser alemán

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- No hace mucho, el presidente de unos supermercados de alimentación aseguraba que para superar la crisis (seudónimo elegante de estafa) deberíamos ser como los chinos, gente que trabaja mucho, gana poco, apenas tiene tiempo de descanso, carece de derechos laborales, no disfruta practicamente de vacaciones y así hasta alcanzar esa horizontalidad ocular de tanto mirar fijamente a la tarea desempeñada. Una teoría defendida y exigida por otro ilustre dirigente de los empresarios españoles, Díaz Ferrán, mientras especulaba con el impago de finiquitos a los trabajadores, expoliaba a los viajeros que pretendían volar en sus aviones y entretejía modales de gran señor evadiendo capitales y encomendando a testaferros la manera más idónea de burlar a Hacienda. Son patriotas de montañas nevadas, de pulseras rojas y gualdas en las muñecas, novios de la muerte, luchadores hasta conseguir vencer o morir. Y estos patriotas, nacionalistas en grado supremo, cond

De quién es el mundo

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .-   Supimos en un tiempo de quién era la calle. Fraga se la apropió porque se llamaba Fraga como si fuera un regalo de cumpleaños del caudillo. A Fraga lo expropió la democracia y a cada uno de nosotros nos tocó la totalidad del país porque la libertad no nos cabía en una esquina. Y empezamos a poblarla de gritos reivindicativos. Y emocionaba ver a los españoles tomando posesión de su voz exigente al tiempo que desfilaban por las aceras sembradas de geranios. Eran huelgas alegres. En el franquismo los huelguistas siempre tenían los pies en posición de carrera porque los grises, porque los tiros al aire, porque la brigada político-social, porque… Eran huelgas tristes, con salmos gregorianos al fondo, como comitiva fúnebre hacia la Almudena. Pero la democracia es un peligro para muchos. Vizcaino nos dijo que Franco había resucitado al tercer día y sonreímos porque estábamos seguros de que el pasado es un ayer siempre lejano que no vuelve, porqu

Aborto negro

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- A punto de tocar la vida. A punto de la tierra nueva, vetada, nunca prometida. Pero a punto. Abierto el vientre del mar. Dolor de bisturí porque eran muchos los hijos. Parto negro porque el hambre es siempre negra, y el abandono, y la desesperanza. De par en par las ingles de la espuma, para parir con gritos, con esfuerzo supremo de expirar, de empujar. Mar cansado de esfuerzo. Nacían vivos. No sé si balas, si cuchillas, si indiferencia, si odio. ¿Por qué murieron? La muerte no es una explicación. La muerte es consecuencia. Y ahí estaba el orden, la defensa de fronteras, el desprecio del hombre por el hombre, como un Hobbes enaltecido por negativa evolución. Ha llevado tiempo planificar el hambre, el desprecio, como para que en minutos se nos cuelen cientos de seres a los que se ha adjudicado la categoría de desposeídos, destinatarios del asco. Y nosotros, los de los valores cristianos de occidente, tenemos armas suficientes para repeler su na

La indignidad del trabajo

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .-  Tuve un catedrático de ética que dejó huella en mi quehacer humano. El trabajo, decía, dignifica al ser humano porque es su aportación a la construcción de un mundo que continuamente debe ser conformado como casa de la humanidad. Ser hacedor del mundo mediante el trabajo le aporta una dimensión de grandeza al esfuerzo personal de cada trabajador. Utópico, le llamaban a D. Julio. Teórico, le decían. Influyó tanto en mí, que con el correr de los años, me honra que me tachen de teórico, de utópico. Es algo que siempre llevo en la frente, pero pertenece a la hermosa herencia que me dejó aquel catedrático de ética. Después vino el encuentro con lo que muchos denominan la vida, la realidad. Y uno fue aprendiendo otra lección: el trabajo era una forma de ganarse el pan de cada día. Y era también una manera de sometimiento a un jefe en detrimento de la propia libertad.. Y nos enfrentamos a esa frase tan real, tan real, que hiere los ojos cuando se la

Protección gubernamental

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Un gobierno es elegido para proteger los derechos ciudadanos y ampliarlos en cantidad y calidad. El matrimonio heterosexual existía como derecho exclusivo de personas de distinto sexo. El gobierno de Rodríguez Zapatero amplió ese derecho extendiéndolo a las personas homosexuales equiparando ambos matrimonios. Como diría el presidente Suárez a principios de la transición, se trataba de elevar a nivel legal lo que estaba en la calle a nivel de realidad. En contraposición a esta aportación, un gobierno debe tener muy claro que no es su misión abolir derechos. La ciudadanía siempre alcanza posiciones en una lucha más o menos vigorosa y las asimila en su devenir histórico como conquista inalienable. Pero es verdad, y nos lo enseña la historia, que el poder tiende siempre a cercenar los derechos que le estorban para desarrollar su ideología. Por eso son más guillotina decapitadora que poesía creadora. Nadie puede arrogarse la facultad de convertir en

Derechos

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .-  A los pocos días de tomar posesión el actual gobierno del Partido Popular, empezó a dejar de cumplir todas las promesas electorales y a construir un nuevo modelo de sociedad basado en un giro ideológico que nada tenía que ver con el conseguido a la muerte del dictador y bastante parecido al sufrido durante sus cuarenta años de gobierno. Desde el inicio de la democracia fuimos haciendo un camino amasado con la lucha y la sangre de quienes nos habían precedido en la lucha. Nos creció la libertad como un esfuerzo pisoteado por botas militares que nunca permitieron la iniciática de cada ciudadano para hacerse a sí mismo ni para conseguir una pluralidad intelectual que nos pusiera en la historia como sus hacedores y no como pacientes. Poco a poco nos fuimos marcando metas y consiguiendo superarlas para llegar más allá. Porque la democracia no es un dato, sino una empresa que debe crearse cada día. Y universalizamos la sanidad y la enseñanza. Y c

¿Centro izquierda?

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro. -  Me siento incapaz de pertenecer a un partido político al uso. Tengo mi corazón a la izquierda desde jovencito, pero nunca he guardado en la cartera carnet alguno que me adhiriera expresamente a una formación concreta. Respeto a la derecha cuando ésta renuncia a sus raíces más hondas, aunque creo que hasta la fecha, y después de treinta y tantos años de democracia, todavía sigue sin romper aquel cordón primitivo que se le envolvió al cuello y que no le permite respirar el aire nuevo de los tiempos. No me vale decir que hay dentro de la derecha personas centradas y muy centradas. Como tampoco me vale que la derecha respete a la izquierda cuando ésta ocupa un centro izquierda. Detesto el valor atribuido a esa sentencia de que en el centro está la virtud. Me lo metió por los ojos un profesor de mi niñez. Si la virtud es centro, ¿de qué debe guardar equidistancia? El amor, decía mi viejo profesor, consiste en amar hasta el extremo, hasta el fin, ha




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