OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Sólo un mediocre podría definir la política como el arte de lo posible. El arte es siempre lo que está más allá de lo empírico, superando lo posible. Por tanto la política sólo es arte cuando se convierte en el milagro de lo imposible. Y no connotamos el término milagro a experiencia o adhesión religiosa, sino como una categoría que trasciende lo meramente táctil. Hace unas fechas, Cayo Lara le recordaba al presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que en este país, hay doce millones y medio de ciudadanos viviendo en el umbral de la pobreza y una gran parte de ellos están inmersos en la miseria misma. Cayo Lara hablaba de despidos, desahucios, ERES, salarios aportando datos y cifras concretas. Mariano Rajoy, ese Cid Campeador de la recuperación, ese Pelayo de la reconquista, se enfrentó al coordinador de IU y sin mover un músculo, excepto el del ojo izquierdo, le replicó: Pinta usted un país que yo desconozco. Unos días antes, el mismo Rajoy, había